Paradojas de la vida, extrañezas del destino, el Unicaja visita hoy Zaragoza, la ciudad que le encumbró a los altares del baloncesto nacional, donde se proclamó campeón de la Copa del Rey en 2005. En la misma pista, la del Príncipe Felipe, donde aquella mágica noche del 20 de febrero alzó al cielo maño su primer título nacional, hoy pone en juego buena parte de sus opciones de seguir en la pugna por disputar la Copa de Vitoria 2013. Ganar hoy a un CAI pletórico en casa le daría al Unicaja un plus y le mantendría en la «pomada». La derrota, que no se contempla bajo ningún concepto, supondría una puñalada en las opciones verdes, algo que le obligaría a vencer en cuatro de las cinco últimas jornadas de la recta final de la primera vuelta liguera. Y con rivales «curiositos» como el FC Barcelona o el Valencia. Así que para aliviar las penas que dejó en Málaga el Blusens Monbus toca hoy reivindicar el poderío malagueño y dar un paso al frente.

La gran novedad es que el Unicaja regresa a la normalidad. Jasmin Repesa vuelve a ser el «jefe». Tras solucionar su residencia y pasar tres días en Zagreb, tanto el entrenador como Krunoslav Simon regresaron a Málaga el jueves por la noche, ya de madrugada. Ayer estuvieron presentes en el entrenamiento matinal del equipo. Han sido días extraños sin el coach. Mucho menos ruidosos, dicen las malas lenguas. Ya está de vuelta y hoy debe guiar al equipo a un triunfo necesario e imprescindible.

A Repesa ya le ha dado tiempo a adaptarse a la Liga Endesa. Ya ha comprobado que en esta competición no se gana sólo por llevar en la pechera el logo del patrocinador más longevo del básket nacional. Que cada encuentro es una batalla, en la que hay que exprimirse al cien por cien. Día a día y partido a partido. Debe ser el líder que tanto necesita el proyecto. Pasar a la acción y comenzar a ganar partidos como churros. Hablar en la pista.

La mejor noticia es que tendrá a todo el equipo al completo. No hay lesiones ni problemas graves. Los 12 están en perfecto estado de revista. Incluido Carlos Jiménez, que hoy disputará, muy probablemente, su último encuentro como jugador del Unicaja. La conversación entre el jugador y los responsables del club se han pospuesto a hoy o mañana, en el regreso en AVE desde Zaragoza. Pero en Los Guindos ya saben que Jiménez no tiene la mente en el equipo y que desea volver a su vida anterior, al trabajo en la cantera.

Así que en una pista que es parte de la historia del equipo malagueño, uno de sus últimos referentes colgará las zapatillas de manera definitiva.

El Unicaja sólo tuvo el entrenamiento de ayer y tendrá la sesión de tiro de este mediodía para preparar el partido. Pero si hay algo que debe estar claro en los esquemas de Repesa es que el triunfo debe pasar hoy por el juego interior. Los dos teóricos titulares del CAI están tocados. Pablo Aguilar lleva un mes con problemas en el tobillo y está fuera de forma. El americano Joseph Jones fue baja en Manresa y se unió al grupo este jueves por un problema en la tibia. Así que el Unicaja debe mostrar su fortaleza interior, algo olvidada, y que ante el Chalon, con Perovic en pista, la garra de Fran, los saltos de Gist y el acierto de Zoric y Lima, volvió a destacar.

Que haya que ganar sí o sí no significa, ni mucho menos, que la cosa vaya a ser sencilla. Si en algo destaca el CAI de José Luis Abós es de haber hecho un fortín en casa. Allí han perdido ese Blusens que «maravilló» en el Carpena el domingo (76-58), y por soberana paliza. Al igual que el Joventut (77-57) y el Cajasol (86-55). También palmó el Caja Laboral: 88-75. Y sólo ha podio conquistar los dominios de la Virgen del Pilar el Barça (50-65).

Ojito a la manita de Michael Roll, americano blanco, máximo anotador del CAI con 13,2 puntos. Hay que tratar de evitar que haga una «Corbachada» como la que montó el excanterano el domingo.

La paciencia, la intensidad y la sangre fría serán hoy vitales. Hacer el juego que más conviene y seguir el plan establecido debe llevar el Unicaja a tener opciones. Y en los momentos clave hay que demostrar la mayor calidad.