­Los duelos entre el Unicaja y el FC Barcelona siempre traen tras de sí otras intrahistorias que hacen de este clásico del baloncesto un partido más especial si cabe. Y el de ayer lo fue por varias razones: el Carpena volvió a ser clave en la victoria de los de verde, Carlos Jiménez recibió un caluroso homenaje tras su adiós como jugador, debutó Andy Panko con la camiseta del Unicaja, el «esquirol» Álex Abrines regresó a Málaga tras salir en verano por la puerta de atrás y la «Bomba» Navarro, en la lista de lesionados durante toda la semana, milagrosamente jugó 33.20 minutos.

El triunfo ante el Barça no sólo fue cosa de los jugadores de Repesa, el Carpena también jugó y aportó ese «extra» que hace poco tiempo hacía de la cancha malagueña una plaza inexpugnable. Fue la segunda mejor entrada de la temporada (7.100 espectadores), pero el nivel de decibelios multiplicaban por 2 el aspecto de las gradas.

El público tenía ganas de un partido como el de ayer y ya se entonó desde el homenaje a Carlos Jiménez, que recibió una calurosa y sentida ovación por parte de la «marea Verde» y un cuadro conmemorativo de manos del presidente Eduardo García.

Además, la afición cajista vibró con el gran debut del americano Andy Panko, que cuajó un magnífico partido recien bajado del avión -llegó el sábado y sólo había completado un entrenamiento con sus nuevos compañeros-. El veterano, MVP de la Liga Endesa la temporada pasada, hizo olvidar con su actuación a James Gist.

El morbo del encuentro lo puso el regreso de Álex Abrines al Carpena después de marcharse en verano de malas maneras del club donde se hizo jugador. Nadie olvida la «traición» del balear y ayer lo pudo comprobar de primera mano. Además, la presión a la que fue sometido el escolta por el público hizo que la mano se le encogiera.

Y lo de la «Bomba» Navarro es para un programa de Íker Jiménez. Viajó a Málaga lesionado y sin casi opciones de jugar, pero terminó siendo el hombre con más minutos en cancha de los azulgranas.