­El Unicaja consiguió romper ayer ante el Brose alemán una racha de nueve partidos sin ganar en el Top´16 de la Euroliga y comienza así una nueva andadura en la segunda ronda de la máxima competición continental que se presenta esperanzadora.

La verdad es que los números europeos de los verdes a estas alturas de la competición eran decepcionantes. Y es que el rendimiento del Unicaja entre los 16 mejores equipos de Europa en las dos anteriores temporadas dejó mucho que desear.

Los cajistas, hasta ayer, sólo lograron una victoria durante las dos últimas campañas de esta exigente ronda. Fue el jueves 10 de febrero del 2011, en el Martín Carpena frente al Lietuvos Rytas lituano (98-91), con una actuación estelar del ya exjugador cajista Nedzad Sinanovic, que se salió aquella noche con 15 puntos, 8 rebotes para un total de 27 de valoración.

Pero desde entonces, una maldición pareció asentarse sobre la escuadra malagueña: 9 derrotas consecutivas en el Top´16, una paupérrima racha que Marcus Williams decidió que se tenía que acabar ayer. Y así lo hizo. El Unicaja, no sin sufrimiento, consiguió revertir la trayectoria de los dos últimos años en el Top´16 y comienza con paso firme su andadura en este Grupo E.

La temporada pasada, contra el Real Madrid, estuvo muy cerca de ganar con un Luka Zoric superlativo, pero el equipo se volvió a quedar a las puertas. Desde entonces, cada encuentro europeo que los verdes disputaron en el Top´16 fueron un suplicio, derrota tras derrota, alguna de ellas muy dolorosas: Montepaschi (68-91), Real Madrid (86-65) 0 Bilbao Básket (85-70). Esta victoria ante Bamberg supone romper con un pasado doloroso y permite mirar al futuro europeo con mayor optimismo. La mala racha está cerrada.