Los jefes de Los Guindos han dictado sentencia: Jasmin Repesa es su hombre para este proyecto. Y dicho lo cual, se acabó el debate. Por lo menos para mí. No le veo ningún sentido a partir de ahora el revolver más sobre esta cuestión. A mí no me ha gustado un pelo la actitud del croata ante los medios de comunicación la semana pasada, el equipo me ha desesperado con su juego en más de un partido, el desequilibrio dentro-fuera me desquicia, no entiendo que Fran Vázquez no tenga una puñetera jugada para matar el aro como las tenía en el Barça, en Girona, en Gran Canaria, en Bilbao o hasta en el proyecto aquél del Siglo XXI, de donde fue reclutado para las pistas de Los Guindos; no sé tampoco por qué Vidal y Panko parecen más un par de jugadores de LEB que dos MVPs... Pero es que ya me da igual. Para mí Repesa es -una vez confirmado en su puesto por los gerifaltes de la Caja- el mejor entrenador del mundo. Y voy a muerte con él. Como antes lo hice con Casimiro, Mateo, Aíto, Scariolo, Paco Alonso o Boza Maljkovic... mientras estuvieron aquí.

Ahora toca remar todos en la misma dirección. Y ahí incluyo a la afición, que está muy molesta con muchas cosas, pero que también debe tirar del carro porque no tiene sentido ir en dirección contraria a la que ha tomado «su» club. Eso sí, igual que yo me subo al barco de forma convencida para remar, espero que los que mandan en Los Guindos, también lo hagan. Si la apuesta es Repesa, es Repesa. Ahora y dentro de dos meses. Para bien y para mal. Para ganar en Moscú y para perder contra el Obradoiro. Lo que no puede haber es run-run en los pasillos cada día que vengan mal dadas, ni charlas a escondidas para criticar al balcánico, ni llamadas de teléfono a la prensa para contarnos las miserias de Jasmin. A muerte con Repesa, sí. Pero todos.