La vida siempre te da una segunda oportunidad. A veces, hasta tres. El Unicaja tiene hoy ante sí una de esas ocasiones en las que puede poner el contador a cero. Olvidar todo lo malo que ha hecho hasta ahora, reencontrarse consigo mismo y volver a tomar las riendas de su futuro y de su destino. Depender de uno mismo, tal y como ha ido la temporada, sabe a premio. Y envuelto con cinta de regalo y todo. Aprovecharlo sin hacer preguntas y mirar al frente, con la mente limpia y las opciones intactas, no es poco a estas alturas de curso. En Santiago de Compostela, donde cientos de peregrinos purgan sus pecados a diario tras recorrer a pie cientos de kilómetros como penitencia, el Unicaja pretende hoy retomar el camino del play off, objetivo perdido desde hace meses y volver a tener «mano de santo».

Con una mochila llena de pecados, ampollas en los pies y una andadura liguera repleta de caídas, Jasmin Repesa y sus hombres tienen hoy 40 minutos para demostrar que merecen tener la confianza del club y de su afición. Cuatro cuartos en los que todo está en juego. Un triunfo hoy en el Fontes do Sar sería como una bendición del Apóstol Santiago en plena plaza del Obradoiro. Pondría al Unicaja octavo, después de mucho tiempo, y con una victoria sobre el Blusens Monbus a falta de dos jornadas. Y si el triunfo es por siete o más puntos (el Unicaja perdió en Málaga 70-76), el equipo malagueño estaría en vías de la canonización y con el play off casi garantizado, a falta de recibir al Gran Canaria (se le puede quitar el séptimo puesto) y acabar la Fase Regular en el Palau ante el Barça.

Claro que todo pasa por el triunfo. La victoria te lleva al cielo y la derrota, al infierno. No habrá medias tintas hoy en tierras gallegas. Ni segundas oportunidades, porque perder esta noche (20.00 horas/Orange TV) equivale a no depender de uno mismo. E, incluso, a perder la novena posición que da paso a mantener la Licencia A de la Euroliga. Porque el FIATC Joventut viene por detrás. Y, mucho cuidado, tiene ganado el average al conjunto costasoleño.

El Unicaja ha tenido toda la semana para preparar el envite. Han sido días salpicados de problemas físicos, ya que a la buena noticia de la recuperación de Zoran Dragic se le unieron malas nuevas, con el tremendo susto de Earl Calloway, la cadera de Luka Zoric y problemas en un pie en Simon.

Las presencia del base americano ha estado en suspense hasta última hora. En el entrenamiento vespertino del lunes, Calloway sufrió una fractura de la pared medial de la órbita del ojo izquierdo que sumió en una gran preocupación a todo el club. Las pruebas permitieron ser algo más optimistas y el jugador se entrenó los dos últimos días, sin máscara, y podrá jugar hoy, aunque lo hará con el lógico susto en el cuerpo.

A Zoric, un golpe en la cadera, le ha tenido entre algodones los últimos entrenamientos. Tiene fuertes dolores en la zona, pero va a forzar y jugará, al igual que Simon, con molestias en una pie. Salvo la baja de Marcus Williams, que fue cubierta por Tarence Kinsey, Repesa tiene a todos sus efectivos.

Ya lo avisó en estas páginas un ex como Alfonso Sánchez: «Al Unicaja le espera un infierno». El marbellí ha jugado en el Obradoiro y sabe que aquélla es una pista muy caliente. El cuadro local, adiestrado por Moncho Fernández, ya demostró en Málaga que estudia bien los partidos. De hecho, ha ganado en las pistas de Real Madrid, Barcelona y Baskonia. «Casi na». Rafa Freire saldrá muy motivado y la muñeca de Corbacho es un peligro. Hummel ha ganado protagonismo en el juego exterior, y por dentro Kendall y Mejri (se habla que lo tiene hecho con el Madrid) son un peligro. Que el Apóstol nos pille confesados.

@Falimguerra