­Carlos Salas Fernández es uno de los debutantes esta temporada en la selección nacional absoluta, donde ha llegado de la mano de Juan Antonio Orenga. El médico del Unicaja es el representante del club de Los Guindos en «La Roja».

¿Cómo llegó a la selección?

Cuando empecé a hacer el Master me inicié en el Unicaja. Posteriormente, el entrenador que tenía en esa época, Sergio Scariolo, tenía mucha confianza en mí y me recomendó a la Federación. Empecé en la sub-20, donde coincidí con Juan Orenga como entrenador, y él ha sido quien me ha llamado. Yo estoy encantado porque esto es una gran experiencia, ya no sólo es trabajar en lo que me gusta, sino que es estar con la élite de nuestro deporte a nivel mundial.

¿Para ser médico del deporte hay que tener vocación especial?

Pensaba que sí, pero veo compañeros que no tienen la vocación y que descubren la medicina del deporte de forma accidental. Pero el deporte engancha porque no trabajas sólo con pacientes necesitados de una terapia, sino que trabajas con gente joven, dinámica, que lo que quiere es cuidar la salud, aumentar el rendimiento.

¿El buen ambiente sigue imperando en la selección pese al cambio de jugadores?

Se mantiene el espíritu, hay muy buen ambiente dentro del grupo. Se nota quiénes son los jugadores que forman el núcleo de los clásicos, que son el corazón de la selección, pero los nuevos que llegan se adaptan bastante bien.

¿Es difícil para un médico ganarse la confianza del jugador?

Hay que ganarse su confianza aunque el deportista siempre tiene que recurrir al médico. Pero sí es cierto que tienes que ganarte la confianza, estar sin estar, ser casi invisible porque no puedes estar con ellos como si fueras uno más, sino que tienes que estar aparte porque te tienen que respetar. Por ello es conveniente poner una barrera y no ser uno más.

¿Un médico no tiene descanso en la selección?

Con la selección tienes que estar disponible las 24 horas del día, porque en cualquier momento alguien se puede sentir indispuesto. Soy especialista en traumatología, pero por encima de todo soy médico. Ayer -el lunes para el lector- tuvimos que coserle una ceja a Ricky Rubio. Otros días tengo que atender lesiones musculares o sobrecargas...

Pero prácticamente no están teniendo lesiones.

Es cierto. Afortunadamente, para lo que es la carga de una selección, no se están dando grandes lesiones. Tuvimos que ir al hospital con Rudy Fernández, pero todo quedó en un susto.

¿Han llegado cargados físicamente los jugadores?

No, han llegado frescos porque algunos han tenido dos meses de vacaciones. Incluso varios de ellos han trabajado previamente con preparadores físicos para llegar en forma al inicio de la concentración.

¿Qué vibraciones tiene para el Eurobasket?

Estoy acostumbrado a ver deportistas de primer nivel, y cuando comparo lo que veo día a día en el Unicaja con la selección, me doy cuenta de que somos muy buenos, buenísimos. Es sorprendente la calidad de este equipo; sin duda alguna, somos aspirantes a ganar el Europeo porque tenemos un equipo fantástico. La preparación ha sido muy buena y las expectativas son máximas, y no estoy vendiendo humo cuando digo esto.

¿Y pese a las bajas considera que España es favorita?

Sí, de hecho, cuando digo que somos muy buenos, siempre hay alguien que me dice que me lo imaginara si estuvieran Navarro, Pau Gasol, Ibaka o Felipe Reyes.

La selección juega hoy en Murcia y precisamente en el UCAM juega un amigo suyo, Berni Rodríguez. ¿Se acuerda de él?

Para Berni, lo primero es estar con su equipo y ayudar a sus compañeros en todo lo que puede. La verdad es lo que echamos de menos en Málaga porque no mira por él, mira por los demás, se sacrifica siempre por el grupo.

¿Ha sido buen paciente?

Berni es realmente durísimo. Una vez le dieron un golpe en la cabeza y tuvimos que ingresarlo por un traumatismo, pero él sólo quería tener el alta para seguir entrenando. No había forma de hacerlo esperar pese a que sufrió un traumatismo serio que a mí me preocupó. Otro día que sufrió mareos, lo único que pensaba era en viajar y en estar con sus compañeros.