Sin tiempo para las lamentaciones de lo que pudo haber sido y no fue la noche del viernes en El Pireo, el Unicaja se dio ayer un buen madrugón para emprender regreso a casa y viajar por la tarde a Sevilla, donde le espera el Cajasol en el derbi andaluz de la Liga Endesa.

El reloj no había marcado aún las 4 de la mañana y la expedición malagueña ya estaba en pie en su hotel de la capital helena, puesto que a las 5.50 salió el avión Atenas-Roma que trasladó al equipo cajista hasta Italia. Desde allí, el equipo tomó un nuevo avión a Málaga, donde tuvo tiempo de comer antes de coger el autobús camino de Sevilla. Un viaje de locos, poco recomendable para el descanso y mucho menos para preparar el choque de esta mañana en la Liga ACB. Pero es lo que hay. Las restricciones económicas mandan y, sin vuelos chárters, hay que cruzar medio continente y dormir poco.

A pesar de la proximidad del encuentro contra el Olympiacos y de que el equipo llegará exhausto a Sevilla tras el partido y un viaje de vuelta que parece diseñado más por Aíto García Reneses que por el propio Unicaja, la competición es la que es y competir en Euroliga y en Liga Endesa tiene estos «pequeños» inconvenientes.

Plaza no tiene más bajas esta mañana en San Pablo que las ya sabidas de Ryan Toolson y Txemi Urtasun. Luis Conde volverá a formar parte de la primera plantilla para enfrentarse a un Cajasol muy joven y remodelado respecto al del pasado año, que sigue adiestrado por el excajista García Reneses y que perdió en el debut liguero en San Sebastián.

Frenar a Satoransky en la dirección, evitar que tenga buenos porcentajes su tirador Bamforth y minimizar el daño que pueda hacer Williams en la pintura parecen los objetivos necesarios para salir triunfantes del choque sevillano.

El derbi andaluz de las entidades de ahorro, siempre especial para el Unicaja, se disputa a las 12.30 horas sin TV ni internet en directo. Una constante para la presente temporada que tiene a la afición cajista bastante mosqueada.

El partido será muy especial para Joan Plaza, que regresa a Sevilla por primera vez desde su salida rumbo al Zalgiris de Lituania el verano de 2012.