Tras dos jornadas de Euroliga y otras tantas de competición doméstica hay una cosa clara, este Unicaja engancha. Justo tras el primer encuentro contra el Estudiantes aumentó considerablemente el tránsito por las oficinas de Los Guindos para formalizar el correspondiente abono. Antes, cuando te encontrabas a gente por la calle te preguntaban por las dudas que les generaba lo que estaba por venir. Sin embargo, ahora, las frases que se escuchan son del tipo «este año, sí», «esta temporada tenemos equipo», «hay que ver lo que disfrutamos el domingo en el pabellón»...

Parecen cosas de poca relevancia, pero en gran cantidad de ocasiones, aunque al final lo que importa son los resultados, las sensaciones son muy importantes. Y de lo que no hay ninguna duda es que las que transmite el Unicaja son magníficas. Pone argumentos sobre el campo lo suficientemente atractivos para conectar desde un principio con la grada. Cuando las sensaciones son tan agradables, todo lo que se genera es positivo, a cualquier pequeño problema se le encuentra una solución que muchas veces es mejor incluso que la idea original.

Está claro que esto acaba de empezar y que todavía es demasiado pronto para hacer valoraciones más profundas con respecto al rendimiento que este grupo puede dar, pero la corriente de positivismo que se está generando alrededor del equipo va a propiciar que pueda ir superando obstáculos a medida que afina su puesta a punto. Todo lo que pueda ir cogiendo por el camino no sólo no lo deja de perder, cosa obvia, sino que ya lo tiene andado de cara principalmente a reforzar las bases de un conjunto, el malagueño, tan renovado en todas sus líneas.

Por cierto, y hablando de corrientes, ayer noche pasó por el Martín Carpena un tsunami vestido de verde que arrolló sin ningún tipo de contemplaciones al novato conjunto polaco, que tan solo aguantó a duras penas el primer cuarto y que claudicó ante el ímpetu de un equipo que quiere crecer y hacerse grande dejando muy claro la manera en la que desea hacerlo. Unas formas con las que están más que identificados todos y cada uno de sus aficionados. De momento las sensaciones son magníficas y los resultados van a la par.

Espero que este paso adelante que está dando el cuadro malagueño invite a que podamos volver a ver de nuevo un Palacio de los Deportes a rebosar un partido sí y otro también.

*Dani Romero es ex jugador del Unicaja