­Muy lejos quedan aquellos llenos europeos a reventar en el Martín Carpena con las visitas de Panathinaikos, CSKA y Maccabi, pero también cuando el rival era el LeMans o el Prokom polaco. Una entrada para asistir a un choque de la Euroliga fue durante muchas temporadas poco menos que un lujo en Málaga. Pero la triste realidad actual es que la Champions del básket no engancha en la afición cajista. El mejor ejemplo es el partido del jueves. Ante todo un campeón de Turquía, sólo 3.900 espectadores en las gradas. Y es que el Carpena ha sido esta jornada la tercera cancha más vacía de toda la Euroliga. Sólo hubo más que en el Budivelnik-Partizán (3.800) y que en el Zielona Gora-Siena (3.455).