Malcolm Delaney es el hombre. El jugador que mueve los hilos del Bayern de Múnich. Base alto (1,91 metros), controlador, anotador, ágil, gran tirador, buen pasador, mejor dominador de balón y del tempo de los partidos, Dalaney es un combo-guard de primerísimo nivel, capaz de crearse sus propios tiros, que en Múnich fue toda una pesadilla (19 puntos, 14 de 15 en tiros libres, 11 faltas recibidas y 30 de valoración) y que llega a Málaga para convertir el sueño cajistas del Top 16 en una pesadilla.

Delaney viene al Carpena por primera vez, aunque no estuvo muy lejos de ser el base del equipo malagueño hace dos temporadas. En uno de los viajes que el director deportivo, Manuel Rubia, realizó a Chalon para seguir los pasos del alero Blake Schilb se encontró con dos jugadores que llamaron mucho su atención, además del alero americano. Schilb, de hecho, estuvo apalabrado, pero Repesa tumbó su contratación. Una de esas perlas que Rubia siguió en Chalon fue Joffrey Lauvergne, con quien el responsable de Los Guindos incluso compartió mesa y mantel para calibrar las opciones de incorporar al pívot al proyecto cajista en un futuro próximo. El otro fue Malcolm Delaney, un base-escolta que encajaba como un guante en la figura que hace dos veranos se buscaba desesperadamente en Málaga: un combo-guard.

Delaney firmó unos números sensacionales en Francia y conquistó un histórico triplete con el Chalon, al proclamarse campeón de la Liga y también de la Semana de los Ases y de la Copa del Rey, además de ser subcampeón de la Eurochallenge. El jugador promedió 15 puntos (41,2% en triples, 3,1 rebotes, 3,3 asistencias y 16,3 de valoración) y estuvo subrayado en rojo en la agenda cajista. A Delaney se le pidió tiempo, puesto que la gran prioridad de Jasmin Repesa era Roko Leni Ukic. Como con el croata se entró en una larguísima negociación sin salida, Delaney se cansó de esperar y optó por acertar un ofertón del Budivelnik ucraniano. Cuando Ukic firmó por el Panathinaikos, el Unicaja echó mano de Marcus Williams, a quien Rubia echó el guante en su viaje a la Liga de Verano de Las Vegas.

En Ucrania tuvo un gran año en lo personal, con problemas de pago, pero con un gran rendimiento en lo individual. Los aficionados de Bilbao aún recuerdan su enfrentamiento en la Eurocup, en la que el base firmó una exhibición en toda regla: 38 puntos (3 de 4 en tiros de dos, 6 de 9 en triples y 14/16 desde la personal), 8 rebotes y 47 de valoración. Una exageración. Los problemas de impagos en Kiev le hicieron salir al mercado en plena temporada y se especuló que el Panathinaikos estaba detrás de él. Pero Delaney volvió a cobrar y acabó el curso allí. Ahora ha seguido con su escala.

Estuvo a punto de firmar en verano por el Estrella Roja, que se gastó mucho dinero para competir este año en la Euroliga. Y se habló de la opción de recalar en el Valencia de la Liga Endesa. Pero al final los euros del Bayern Múnich terminaron por convencerle y el base formado en la Universidad de Virginia Tech, de 24 años y 1,91 metros, firmó por una temporada, continuando su espectacular progresión, que le ha llevado a ser el segundo mejor base de la Euroliga por números, junto a Daniel Hackett (Montepaschi Siena).

En 26:11 minutos de juego, el discípulo de Svetislav Pesic promedia 15,4 puntos (40% en triples), 2,9 rebotes, 3,8 asistencias, 7,8 faltas forzadas y 20 de valoración. Es el tercer jugador mejor valorado de toda la competición, el sexto que más puntos anota, el segundo que más faltas recibe y el que más tiros libres lanza: 54, con 47 transformados (87%). Vigilarle de cerca será una de las claves del partido. Si impone su ritmo y controla el juego, el Unicaja tendrá mucho perdido. Además, Pesic también le utiliza como escolta cuando coincide en pista con el alemán Heiko Schaffartzik.