Se suele decir que la venganza es un plato que se sirve frío, muy frío. El Unicaja lo aplicó ayer letra por letra en su agónica, pero exultante victoria frente al Montepaschi de Siena. Si hace ahora justo una vuelta nos quedábamos todos los aficionados malagueños y todo el equipo petrificados con la canasta de Viggiano en el último suspiro del encuentro ante los italianos de la primera vuelta, anoche en Florencia el equipo verde devolvió la jugada a los toscanos, y de qué manera.

Seguramente los dos últimos ataques del Unicaja no fueron los mejores, tampoco la defensa final con puerta atrás y bandeja de Hunter incluida, pero da igual, lo que queda es esa canasta de Granger entrando con el tablero encendido porque se acababa el partido.

Cuando uno necesita ganar, como se suele decir, por lo civil o por lo criminal, al final lo que cuenta es si se consigue o no. Da lo mismo los 39 minutos, 59 segundos y 90 milésimas anteriores. Si la pelota entra y la victoria vuela a casa nadie se va a acordar de lo que se ha hecho antes.

Lo que es cierto y palpable es que el Unicaja es un equipo de Top 16, y por méritos propios. Ya decía Joan Plaza en la previa que el grupo se merecía estar en la siguiente fase, por los méritos contraídos. Y a decir verdad, durante gran parte del encuentro de ayer así lo demostró, con Canner-Medley asumiendo galones, controlando el juego y el marcador y llevando la iniciativa casi todo el partido. Si hubo un conjunto que ayer se mereciera ganar, ése fue el de Los Guindos.

Estoy convencido de que el triunfo de anoche en Italia, en un partido con tanta tensión y tanto en juego, va a ser un punto de inflexión para este equipo. Vencer este tipo de encuentros refuerzan, y de qué manera, la confianza en el trabajo que se está haciendo, une, más si cabe, al grupo y enloquece a sus aficionados.

Espero también que ese triple en el último segundo de posesión y en posición forzada de Toolson sea otro punto de inflexión para él, un tirador como el americano necesita confianza y sentirse cómodo, por eso los tres puntos tan importantes que anotó puede ser un buen punto de partida para recuperar esa seguridad que mostró hasta antes de la lesión.

Lo mejor de todo es que vamos a seguir disfrutando de la mejor competición de Europa, la Euroliga, y que el equipo sigue dando pasos hacia adelante. Siempre se ha dicho que lo importante es progresar, pero es mucho mejor hacerlo ganando. Enhorabuena a todos los que somos del Unicaja, un equipo de Top 16 por noveno año consecutivo. Un gran logro.