De todos los jugadores que han llegado a Málaga este año, hay uno que ha conectado con la grada de una forma diferente. No es ni el que más talento posee ni el más mediático ni tampoco el que mejores números firma o más minutos está en al pista. Pero el espíritu, la garra y el corazón de Vladimir Stimac ha calado inmediatamente en el Martín Carpena. Su derroche en cada encuentro ha enganchado inmediatamente con la grada. Stimac personaliza los valores que este Unicaja quiere transmitir: lucha, entrega, pundonor y coraje. Es el arquetipo, el modelo dentro y fuera de la pista, donde es un chico tranquilo, alegre, muy extrovertido, enamorado de las nuevas tecnologías y un jugador que no da ningún problema .

El serbio ha dado un salto. Ha ascendido un escalón en su rendimiento. Tras más de tres meses en la Liga Endesa comienza a tomarle el pulso a la competición más exigente del Viejo Continente. Y sus últimos cuatro encuentros confirman que va a más, justo coincidiendo, para colmo de dichas, con el mejor rendimiento del equipo la era Plaza. En los enfrentamientos frente a Gran Canaria, Fenerbahce, Valladolid y Anadolu Efes promedia 11 puntos, 9,5 rebotes y 17,7 de valoración. Números al alcance de muy pocos.

Y es que Stimac es un soplo de aire fresco que encarna los valores que representan este club. Además ocupa un puesto de especialista, ese «cinco» alto que todo gran equipo debe tener y que parecía un puesto gafado en las últimas temporadas. Ni Kosta Perovic ni Nedzad Sinanovic en los últimos años han estado a la altura. Y ahora Stimac quiere ser ese jugador que aporte un plus al rendimiento del equipo.

La aparición el domingo de una pancarta con el lema «Frente Stimac» ha conquistado el corazón del pívot, de 2,11 metros y 26 años recién cumplidos. «La he visto y les quiero dar las gracias por darme más energía para trabajar y quiero dar lo máximo por el Unicaja», explica el internacional balcánico.

Transmite su energía al equipo, siempre es positivo, tiene palabras de ánimo y aliento y ha comenzado a demostrar en Málaga los motivos que le trajeron al Unicaja tras ser subcampeón de la Liga de Turquía con el Banvit. Llegó como el recambio de Fran y Hettsheimeir y ya ha superado en la rotación al brasileño, promediando ya más minutos que él.

Claro que el serbio tiene limitaciones técnicas, pero en el cuerpo a cuerpo, ante contrincantes de su fortaleza, aguanta las embestidas de miuras bravíos. Porque su fortaleza no cae en saco roto frente a los kilos de rivales de incluso mayor envergadura.

Pero él tiene artimañas y recursos para sacar ventajas. Es el primero en correr la pista, en llegar en el contraataque y ha mejorado una barbaridad su tiro libre. Este curso promedia en el Unicaja un 65% desde la personal. No es una maravilla, pero la comparativa con sus anteriores etapas resulta asombrosa. El pasado curso, en el Banvit, se quedó en el 50% en Liga. Un año antes, en el Olim Odime también turco se quedó en el 43%. Y antes, en el Nymburk checo firmó el 46%. Mejor ni hablar del Ventspils letón, con un 32%.

«Estamos trabajando muy duro y las victorias son maravillosas. Es bueno para el equipo, para las familias, para todos... lo más importante es que es bueno para el entrenador, para el club... Es muy bueno. La confianza se consigue ganando y trabajando duro está subiendo. Me gusta luchar, pelear y trabajar duro». Grande Stimac.