No soy yo de evocar mucho al pasado, pero como se ha puesto tan de moda... Hace ahora casi un año, el Panathinaikos de Atenas, con un núcleo duro en su plantilla calcado al actual (Diamantidis, Ukic, Maciulis, Bramos, Lasme, Gist...), visitó por última vez el Martín Carpena. Fue la noche del 8 de marzo del pasado 2013. Aquel día, el Unicaja de Jasmin Repesa superó al multicampeón griego. Además, necesitaba ganar por 6 puntos para tener ventaja en el average. Y lo hizo (66-60). Fue después de la enésima exhibición de Marcus Williams, que con el partido 57-60 para ellos, a poco más de dos minutos para el final, anotó tres triples en los tres últimos ataques, provocando el delirio en el Palacio...

Viene a cuento este recuerdo del pasado reciente para afirmar que el Panathinaikos, a pesar de ser uno de los grandes de Europa, no es imbatible. No lo fue para el Unicaja de Repesa y Marcus Williams y tampoco tiene por qué serlo para el de Joan Plaza y compañía, bastante solvente hasta la fecha -por cierto- en la mayor parte de sus partidos (Copa, al margen).

Lo que está claro es que estamos ante una noche clave para este Top 16 continental, que avanza camino del final de la primera vuelta, la próxima semana. El equipo cajista ha cumplido hasta ahora con los objetivos continentales. Y es que tener 2 triunfos y 3 derrotas en este exigente «grupo de la muerte», después de haber ido a la pista del Efes, a la del Barcelona y a la del Olympiacos; además de haber recibido en el Carpena al Laboral Kutxa y al Fenerbahce, es muy meritorio.

Pero el problema es que aquí cada partido huele a examen final. Y todo lo hecho hasta la fecha es necesario refrendarlo desde las 20.45 horas ante el equipo del OAKA. Porque ganar hoy sería dar un paso de gigante hacia el Top 8, los ansiados cuartos de final, pero perder complicaría muy mucho el futuro.

La primera gran duda a solventar hoy es cómo estará el equipo tras la amarga noche copera frente al CAI. Es de esperar que siete días después, el tiempo haya cicatrizado la herida abierta. Fue un palo muy fuerte, pero hay que mirar al frente porque por delante hay retos muy bonitos.

Plaza comenzó el domingo a trabajar con los suyos pensando en este duelo ante el Pao. Ellos sí llegan a Málaga como campeones de su Copa. Además, tras pasar por encima del Aris en la finalísima de este pasado fin de semana. Será necesaria, desde luego, una buena noche de básket para sumar el tercer triunfo en este Top 16. El calendario no espera por nadie. Y es especialmente duro en esta segunda fase continental en la que no hay respiro.

El equipo tendrá, otra vez, la baja de Earl Calloway. Puede que sea el último partido sin el base de pasaporte búlgaro, pero el caso es que no ha llegado a tiempo para regresar esta noche. Sergi Vidal deberá ejercer de nuevo de improvisado base, una opción táctica que no ha salido bien en los partidos anteriores.

Los demás están en perfecto estado de revista. Falta hará, eso sí, que alguno dé un paso al frente. Sobre todo los dos que están más señalados: Ryan Toolson y Rafa Hettsheimeir. El equipo necesita que el escolta y el pívot ayuden más. Subirlos al carro sería una gran noticia para el futuro inmediato.

Pero la gran pregunta ante lo de esta noche es: ¿Cómo responderá hoy el Carpena? La afición debe ser inteligente, no mirar atrás y apoyar a muerte a los suyos. Hay que sumar esfuerzos y arrimar el hombro. Entre todos será mucho más fácil salir a flote.