Hay partidos y partidos. Y luego está el Unicaja-Barcelona de esta noche. Un partidazo con mayúsculas donde el Unicaja se juega la vida. ¿Exagerado? La frase se la tomo prestada a Joan Plaza, que ayer, en la previa del encuentro de hoy, catalogó así el espectáculo que esta noche. El equipo malagueño disputará la primera de las cuatro finales que le restan para cumplir el sueño de acceder al Top 8 de la Euroliga. Algo que en Málaga sólo hemos vivido en una ocasión. Y, precisamente, ante el Barça, el rival que llega hoy al Martín Carpena con su clasificación ya en el bolsillo y con poco más que la honra y el prestigio en juego.

El encuentro huele a una de las grandes citas del Carpena. A encuentro por todo lo alto, entre un Unicaja que ha encontrado por fin su juego y un Barça desmelenado e invencible en el Top 16 . Y por eso nadie se lo quiere perder. El club, por fortuna, está totalmente desbordado y hoy se colgará el cartel de «no hay billetes». Algo que no sucedía desde hace 26 meses, un 19 de enero de 2012, ante el Real Madrid. Vuelve a sentirse la emoción entre la afición. Y ni el Celta-Málaga, que se «pisa» con el partido, ni el estreno del Festival del Cine van a restar ambiente.

El parqué del Palacio sí que será hoy una verdadera alfombra roja. Con todo el respeto a los actores y la gente del cine que hoy paseará palmito por el Teatro Cervantes, en el Carpena desfilarán hoy los mejores jugadores del baloncesto europeo. Una leyenda viva, como Juan Carlos Navarro, el hombre con más partidos en la historia de esta Euroliga, volverá a capitanear a un Barça sin bajas y que va a más, donde cualquiera te puede hacer un roto. Oleson, Pullen, Huertas, Papanikolau, Tomic, Lorbek, Nachbar, Dorsey... ¡Éstas sí que son estrellas!

Siempre nos quedará la duda de saber qué pasaría hoy si el Unicaja compareciera con todas sus armas. Pero nada se puede hacer y los que están deben darlo todo. Como Jayson Granger, que jugará infiltrado, por sus problemas en el tobillo, en el hombro y en el costado. Nada le privará de vestirse hoy de corto. Algo que no podrán hacer Nik Caner-Medley, Sergi Vidal y Rafael Hettsheimeir. Tres bajas muy dolorosas, sobre todo en el interior de la zona, donde el ala-pívot estadounidense no tiene un recambio de sus características. Sustituir al máximo anotador del equipo no es tarea fácil, aunque entre todos están dando un paso al frente. Desde el benjamín Domas Sabonis hasta Carlos Suárez, alternando los puestos de alero alto y «cuatro» pequeño. Un chico para todo. Es lo que toca.

El Unicaja ya ha demostrado que puede y sabe competir, aún mermado, ante rivales de este calibre. Asaltó el Palau en la Liga Endesa -aunque este Barça no tiene nada que ver con aquél- y hace menos de un mes llevó al Barça al límite y tuvo que ganar con una exhibición de Oleson y un triple a media pista de Pullen. Con 22 victorias consecutivas en el Top 16, 39 triunfos de los últimos 40 disputados en la segunda fase continental, este Barça impone muchísimo respeto.

Claro que el Unicaja tendrá hoy cinco jugadores en la pista y 11.000 gargantas en la grada. Anoche restaban tan sólo 250 entradas por venderse, vía internet, y se espera que durante la mañana se venda todo el papel y el Palacio viva el ambiente de las grandes ocasiones.

Con sólo cuatro encuentros para que acabe el Top 16, el Unicaja sabe que ganando en casa a Barcelona, Olympiacos y Milán tendrá una plaza entre los ocho mejores clubes de toda Europa. Un hito mayúsculo en el «Grupo de la Muerte». Es el partido que todos quieren jugar. Que todos los jugadores aspiran a poder disputar. Un encuentro ante un «grande» como el Barça, con 11.000 asientos repletos y con la exigencia de la clasificación obligando a ganar. Una cita con sabor a un pasado reciente que, tal y como está funcionando el equipo, puede volver a establecerse en Málaga, una ciudad de baloncesto.