El equipo con más glamour de Europa, ése cuyos uniformes oficiales nacieron de la mente privilegiada de su propietario, Giorgio Armani, será hoy el último rival del Unicaja en este Top 16 de la Euroliga que amenazó ruina tras su primera entrega, con derrota local ante el Laboral Kutxa, que justo una vuelta después pareció un trampolín perfecto para el Top 8 -tras ganar en Vitoria-, pero que al final se ha quedado en un «casi» por culpa de Spanoulis y Diamantidis, dos tipos privilegiados para jugar a esto, que se cargaron la ilusión verde de ser cuartofinalistas.

El EA7 Milan llega a Málaga con el cartel de equipo revelación, segundo de grupo y mirando con ilusión a la Final Four de su ciudad, dentro de un mes. La culpa del renacimiento de este histórico del pallacanestro que hoy llega a Málaga es del propio Armani, dueño de un imperio relacionado con la moda y la cosmética, que lo adquirió en verano de 2008 con el único objetivo de convertirlo otra vez en un grande de Italia y del continente.

El Olimpia Milano -nombre oficial de la entidad- agonizaba por aquel entonces. No había dinero para pagar a nadie. La desaparición era una de las vías de escape. El diseñador se había enganchado años atrás al deporte de la canasta gracias a las gestas de nombres de leyenda como Mike D’Antoni -actual entrenador de los Lakers-, el sempiterno Dino Meneghin, McAdoo o Barlow. Ellos hicieron grande al Olimpia. Eran los felices años 80 del baloncesto en Milán. Pero todo cambió a partir de mediados de los 90. El club cayó en un declive deportivo y económico que hizo temblar los cimientos de la entidad. Fue entonces cuando Giorgio Armani entró en escena con su dinero salvador y su ilusión derbordante.

Armani, que cumplirá 80 años el próximo mes de julio, asumió que su mecenazgo debía ser en la sombra, sin los focos mediáticos. Por eso no figura en el organigrama oficial ni aparece en ninguna foto. Eso sí, no se pierde un partido en el pabellón, sentado en las primeras filas de la tribuna del Mediolanum Forum, impasible ante lo que ocurre en la pista. Dicen que su filosofía es que en el equipo no haya estrellas y sí jugadores trabajadores y con un perfil económico similar. O sea, que no haya grandes diferencias en los sueldos ni en los roles. Una ecuación que parece que esta temporada ha calado, con Luca Banchi en el banquillo.

Para el equipo verde la cita de esta noche es lo más parecido a un entrenamiento de lujo con público. Joan Plaza podrá dar minutos a jugadores muy necesitados de ritmo, como los casos de Sergi Vidal, Txemi Urtasun o Nik Caner-Medley. Siempre pensando en que el domingo vuelve la Liga al Carpena, por lo que cualquier gasto de fuerzas extra es preferible evitarlo.

El caso es que a las 22.30 horas se bajará el telón del Top 16 y de la máxima competición del básket continental. Buen momento para que la afición cajista aplauda a rabiar a los suyos para reconocer su buen papel en esta Euroliga y para sumar fuerzas ante lo que está por venir: el final de la Fase Regular y la disputa del play off por el título.