Puesto en pie, consciente de la vital importancia que Nik Caner-Medley posee en este Unicaja, el Martín Carpena agradeció con sentidos aplausos su partidazo y le despidió como no lo ha hecho con nadie en toda la temporada. El ala-pívot americano es, de largo, el jugador más importante de este Unicaja. Un equipo que carece de grandes líderes, de individualidades destacables y que, en previsión de los play off que están por venir, necesita al mejor NCM, su aval más importante, su valor más destacado ante los grandes dinosaurios que llegarán en las eliminatorias por el título.

Y como no es momento de echar nada en cara ni de pedir explicaciones por tal o cual dolor -todo llegará-, la afición malagueña quiso entregarle todo su cariño, a sabiendas de que sus 26 puntos en 19:31 minutos no se ven cualquier día. Caner-Medley hizo ayer fácil lo difícil y llevó en volandas al Unicaja al éxito ante un desmotivado Bilbao Basket. La exhibición portentosa de los malagueños (109-74) no tuvo fin y sólo en algunos minutos desconcertantes por el «festival de pito» de los árbitros decayó, en el segundo cuarto. Pero cuando Caner-Medley regresó al partido, al Bilbao le cayó un sol de justicia que le atontó y le dejó sin respuestas ni recursos.

La victoria aúpa además al Unicaja en sus opciones por ser cabeza de serie. Fue, la verdad, una jornada redonda. Porque más allá del partidazo malagueño, sus dos perseguidores, Gran Canaria y CAI Zaragoza, cayeron a domicilio, demostraron su vulnerabilidad y se sitúan con dos triunfos menos que el Unicaja. A falta de siete jornadas para el final, y con un partido a la semana ya fuera del Top 8 de la Euroliga, la cuarta plaza parece más que próxima. La próxima jornada, en el CAI-Unicaja, el cuadro de Joan Plaza podría poner la puntilla. Lo avisó ayer el entrenador: «Queremos ganar todos los partidos que nos quedan, los cuatro de casa y los tres de fuera». Aviso para navegantes.

Con NCM en plena forma, demostrando que es uno de los mejores «cuatro» del baloncesto europeo, el Unicaja puede batallar en cualquier guerra con opciones a todo. En cuartos de final de la ACB y, si se logra pasar, ante el que venga. No anda el Real Madrid ahora al nivel de hace un par de meses, el Barça ya ha demostrado que es capaz de lo mejor y lo peor, hay que ver al Valencia en play off y el Baskonia no es el de antaño. Aunque suene a utopía, la cosa está mucho menos clara de lo que parecía hace un tiempo y el Unicaja, al nivel que ha demostrado en buena parte del curso, con margen de mejora aún y con Caner-Medley a un nivel estelar, puede ser aspirante a casi todo. Desde luego que ningún «grande» se alegrará de tener que medirse con los cajistas en los play off por el título de Liga.

El azerbayano de pasaporte anticipó una semana el «Domingo de Resurrección» y rindió un nivel excelso. Desde el pasado 9 de marzo, ante el Gipuzkoa Basket, no veíamos al ala-pívot a su nivel. El día 12 se dañó de nuevo su rodilla y reapareció el edema óseo que sufre en la articulación. Desde entonces, el Unicaja ha disputado nueve partidos. Él se perdió cinco -cinco derrotas- y regresó ante el Baskonia el día 30, pero sin dar su nivel. Y así ha diputado los cuatro últimos encuentros, hasta que ayer comenzó hecho un ciclón y arrasó con todo. Fue el general del Unicaja, el referente que el equipo añora y necesita.

El partido careció de historia y el entrenador del Bilbao lo vio venir desde el minuto 1. Rafa Pueyo tuvo que parar el partido con 10-2. Con un gran trabajo de equipo y puntos de Toolson, Fran y de Caner-Medley, el Carpena pronto se puso en pie: 25-9. La renta malagueña creció y creció en cada cuarto, y sólo en el segundo parcial se vio algo de igualdad en el parqué. Un insoportable concierto de pito de Martín Bertrán, Aliaga y Calatrava, que señalaron al Unicaja 16 faltas en 16 minutos distrajo a los verdes. Pero de vuelta del descanso, y tras una canasta de Raúl López que ponía un inquietante 53-46, el Unicaja volvió a desmelenarse.

Sobrepasó los 20 puntos de diferencia (81-61), llegó a los 30 (98-68) y alcanzó los 35 arriba (105-70) para al final acabar ganando por esos 35 puntos: 109-74. Los 109 puntos suponen la segunda mayor diferencia de toda la temporada (112 ante Valladolid y una diferencia de 54 puntos). El Valladolid no es, ni mucho menos, el Bilbao. Pero cuando la cabeza no puede o no quiere pasa lo que pasa. Los vascos tenían equipo para mucho en esta ACB, pero comenzaron sin ganar partidos y luego tuvieron el problema de impagos. Ahora, con la salvación en el bolsillo y, en tierra de nadie, deben remar contracorrientes. El que más lo hizo ayer fue Germán Gabriel, que sigue dando lecciones: 23 puntos y 8 rebotes. El canterano Alberto Díaz, que se ha ido a Bilbao en época de vacas flacas, poco pudo hacer. Que el base aproveche la cesión y que vuelva con la lección aprendida.