El Unicaja quiso anticipar las fechas del calendario y, vista la sencillez de sus últimas victorias, le puso pimienta y emoción al encuentro ante el Fuenlabrada. Los play off están ya aquí y los verdes necesitan algo de «fuego», jugar con algo de emoción e incertidumbre. Verse con el agua al cuello para activar mecanismos de autodefensa que sólo se manifiestan en encuentros de máximo nivel y que, debido a la «bondad» del calendario, podrían adormecerse. Así que con todo a su favor y 19 puntos arriba a un minuto del descanso, el equipo malagueño se dejó ir y tuvo que remar y pelear contra los elementos para lograr su octavo triunfo consecutivo en la Liga Endesa (nueve sumando la de Milán de Euroliga) y garantizarse la cuarta posición liguera.

Nada ni nadie podrán apartar ya a los malagueños de esa cuarta posición. Hay una opción, remota, de ser tercero a costa del Barça. Ellos deberían perder sus dos últimos partidos de Fase Regular y el Unicaja ganar en Las Palmas y al Real Madrid. Bastante complicado. Pero ya nadie puede usurparle esa cuarta plaza y el derecho a disputar el play off de cuartos con el factor pista a favor.

De arreón en arreón caminó el partido contra el Fuenlabrada. En el Unicaja había intercambio continuo de protagonistas. Toolson, Kuzminskas y Stimac comenzaron muy participativos en ataque. Luego tomó el relevo Urtasun, con dos triples, y Caner-Medley se echó el equipo a la espalda en la recta final del segundo cuarto, con siete puntos consecutivos. En el Fuenlabrada sólo un hombre, James Feldeine. El centroamericano anotó 13 puntos en el primer cuarto y llegó a los 20 gracias a su exhibición de recursos. Cuando Feldeine encontró la ayuda de Dani Pérez, con tres triples, el choque tuvo momentos de intensidad. Se pasó de 23-13 a 29-17. Luego el Unicaja se estiró (39-23) y se arrugó (41-30). Y tras la racha de Caner-Medley (51-32), el duelo se fue demasiado ajustado al intermedio: 51-40.

El Unicaja permitió muchos puntos con su defensa a un «Fuenla» que, sin Andy Panko, su principal referente ofensivo, lo dejó todo en las eléctricas manos de Feldeine.

Esta vez, Plaza tardó más en mover el banquillo. Su primer cambio se produjo a 3:34 del final del primer cuarto. Algo poco usual. En Valladolid, de hecho, acabando el primer parcial ya habían jugado 10 hombres. Prefirió el técnico darle una vuelta de tuerca a su ideario, quizá también influenciado por las lesiones. A la baja ya sabida de Fran Vázquez, por un problema en un dedo de la mano, se unió la ausencia de Carlos Suárez, por una sobrecarga física. No parece nada importante lo de ninguno y parece que estarán el próximo fin de semana en Las Palmas, en el primer «ensayo oficial» de cara a los play off que se avecinan, tras dos años de ausencia.

Lo mejor del choque al descanso fue, sin duda, la vuelta a las pistas de Rafa Hettstheimeir. Desde aquel lejano 20 de febrero en Milán, cuando se lesionó el gemelo, el brasileño ha estado fuera de las pitas. ¡79 días! Demasiados. Trató de ayudar en la «final» de Atenas contra el Panathinaikos, en el duelo clave para el Top 8 de la Euroliga, y se resintió. Un mes después, el pívot regresó ayer al Carpena y recuperó sus sensaciones de jugador. Además, se le vio muy activo. Fallón bajo el aro, pero rápido de piernas.

Y también tuvo minutos Domas Sabonis, que ha protagonizado una de esas historias curiosas del baloncesto. A las 14.00 horas abandonaba el Unicaja-Real Madrid de la final del Campeonato de España Júnior de Marín (Galicia) y pasadas las 19.00 horas ya estaba en el parqué del Carpena jugando en la ACB.

Lo peor al descanso era el resultado, ya que la diferencia entre Unicaja y Fuenlabrada había sido muy superior a esos 11 puntos que reflejaba el electrónico al descanso. Y el inicio del tercer parcial no invitaba a nada bueno, con intercambio de canastas entre unos y otros. Y ahí estribaba el problema. En plural. Ya no era sólo Feldeine. Cabezas y Paunic habían entrado en escena. Un triple del malagueño hizo que el «Fuenla» bajase de los 10 puntos (63-54). El Unicaja estaba completamente fuera del partido. Paunic y Carlitos siguieron sumando. Un mate de Diagne, en el arranque del último parcial, y con un posible campo atrás previo, puso a los madrileños por delante: 67-68. Ver para creer. De 51-32 del minuto 19 a 67-68 del 31.

Stimac mantuvo al Unicaja con tiros libres y, especialmente, rebotes. Rechaces que dieron al equipo segundas opciones. El «Fuenla» erró esos triples liberados que antes sí le entraban, y el Unicaja se llevó el partido y la cuarta plaza liguera.