Imponen mucho, muchísimo. Todos los expertos (entrenadores, jugadores, agentes...) ven al Madrid como el máximo favorito. No ya a ganar las semifinales ante el Unicaja, sino para revalidar el título de Liga Endesa. Pero, al fin y al cabo, esto es deporte. Cinco tíos contra cinco tíos en la pista y a jugar. ¿Los números? Pues son temibles, sí. ¿Y las sensaciones? Pues ahí ya caben diversas interpretaciones... El Madrid que jugaba a «otra cosa» de noviembre y diciembre se ha humanizado. Más allá del batacazo ante el Maccabi en la final de Milán de la Euroliga, este Madrid parece más humano.

Lejos queda aquella espectacular racha de 31 victorias consecutivas con las que se presentó en sociedad esta temporada. Desde que en la fría Rusia a finales de enero cayera su primera derrota del curso contra el CSKA, el Madrid ha caído en ocho ocasiones. Contra el cuadro moscovita (85-71), Zalgiris Kaunas (85-83), dos ante el Olympiacos en el Top 8 (78-76 y 71-62), en la Final Four contra el Maccabi Tel Aviv (86-98), además de las sufridas en la Liga Endesa, contra el Valencia (105-110) y el FC Barcelona en el Palau (86-75).

Datos con diversas lecturas. Sólo ha perdido un encuentro en su pista. Y porque el Valencia se cruzó en plena refriega contra el Olympiacos para acceder a la Final Four. Una, que es justa la victoria que desea lograr Joan Plaza en estos dos duelos iniciales para viajar a Málaga con algunas opciones.

Parece más que evidente que al Madrid hay que cambiarle el ritmo de partido, evitar que corran, cerrar el rebote y limitar la producción de sus estrellas. El problema es cómo hacerlo. El Maccabi de David Blatt, con su defensa match up creó un cortocircuito en el ataque blanco. Defensa que cambia continuamente, que comienza en zona pero en la que hay persecuciones individuales, con cambios... Una defensa tan compleja como eficaz ante los blancos. Veremos si Joan Plaza tiene algo escondido. Contra el Gran Canaria no puso al equipo ni un minuto en zona. Quería siempre ir uno contra uno para castigar físicamente a un equipo más limitado y menos atlético. Quizá ante el Madrid sí que sea un buen recurso.

La magia de Sergio Rodríguez, el estado físico de Rudy tras su problema en el dedo, el tiro de Carroll, la fuerza de Llull... el perímetro es una fuente de riqueza que dentro de la zona se debilita. Felipe Reyes está mostrándose más eficaz últimamente que Mirotic, aunque la inteligencia de Bourousis puede traer complicaciones.

Muchos frentes que atender para tratar de dar el susto al viente campeón de Liga ACB, Supercopa y Copa del Rey. Un presupuesto feroz con Pablo Laso en el banquillo.