Y todo acabó el pasado jueves. Se acabó la temporada 2013/2014 versión Unicaja. Como resumen, cada uno va a sacar las conclusiones que le parezcan oportunas, aunque creo que la media se ha de acercar a la satisfacción por el trabajo expuesto.

Honestamente, creo que hay muy poco que reprochar a la temporada de los de Joan Plaza. Si en otras ocasiones hemos hablado de lo complicado de adiestrar un equipo nuevo, este conjunto no puede ser una excepción: entrenador nuevo, jugadores importantes nuevos y sobre todo un punto de partida que hablaba de un estatus actual del club muy alejado de la gloria vivida hace años, siendo necesario tener presente que las clasificaciones para el play off y la Copa del Rey tienen que haber sido motivo de festejo cuando en realidad tendrían que haber sido algo impreso en el ideario del club.

Lo cierto es que el cambio experimentado ha sido fructífero, aquí hemos tenido entrenadores con una gran hoja de servicios, mucho fuste y sobre todo, mucho nombre. Han podido triunfar y ser recordados por su paso por el Unicaja, o han dejado mucho que desear con respecto a su trabajo en su periplo malagueño. Todos tenemos claro qué nombres encuadrar en cada grupo, pero en esta temporada, la llegada de Joan Plaza, a pesar de ser campeón de Liga, se observaba con menos expectación. Quizás puede ser por las numerosas decepciones vividas en los últimos tiempos, que había una reconocible fractura entre el club y el entorno y que ese divorcio latente no se arreglaba con la simpleza de renovar una y otra vez el plantel deportivo. Si hay algo que me ha sorprendido este curso ha sido la regularidad. Sólo le veo un inconveniente a la temporada: la Copa del Rey. Aunque no era necesario clasificarse, el equipo cumplió con una constante durante toda la temporada, quedó entre los cuatro primeros, sellando su pase como cabeza de serie. Contra el CAI Zaragoza, el resultado puedo verlo como el único inconveniente durante la temporada, porque la Euroliga se solventó bien pese a los problemas experimentados en la Fase Regular, que tuvo un peor arranque, o quizá sólo era un reflejo de la evolución que ha ido mostrando el conjunto.

Sin repuestos más allá de los apoyos del Clínicas Rincón, y con todos los contratiempos que se esperan de una temporada larga y con lesiones, el equipo ha ido solventando problemas y esquivando inconvenientes, llegando al tramo final de competición clasificándose desahogadamente para el play off y sellando ser cabeza de serie, algo que iba perdiéndose en la memoria pasada. En las eliminatorias por el título ha llegado lo mejor. Haciendo buena la frase de «lo que importa es el final», realmente toda la temporada ha sido un constante trabajo de reconciliación con una afición que tenía motivos más que suficientes para torcer el gesto, pero que seguro que sale contenta cuando recuerde el global de esta temporada.

El CB Málaga ya dio en su momento muestras más que suficientes sobre cómo rentabilizar una derrota, sólo hay que recordar la final que se vivió en mayo de 1995, y que tan importante resultó para la historia moderna del conjunto. Pese a caer en semifinales frente al Real Madrid, lo mostrado por la plantilla y el cuerpo técnico, refrendado por la reacción de la afición en las eliminatorias, ha de tomarse como el punto de partida para empezar a dar por cerrada la larga travesía experimentada por un desierto que nunca debió emprenderse.

Ahora, los rumores que se ciernen sobre el grupo que está de vacaciones no son especialmente halagüeños, colocando a figuras más que notables, como Joan Plaza, Caner-Medley o Fran Vázquez lejos del Martín Carpena, cuento con que los que han de realizar su trabajo ahora, aquellos que están lejos de la cancha, pero que tan importantes son en la gestión del club, obtengan un resultado similar al que han demostrado los que se han puesto la camiseta con el abanico en el pecho. Al igual que con los jugadores, me consta que las intenciones van a ser las mejores y el esfuerzo no va a escatimarse, sólo espero que tengan el acierto que la afición demanda.