­ Vladimir Golubovic asiste algo perplejo, desde la concentración de la selección de Montenegro, al «lío» que el CAI ha organizado al igualar la oferta presentada por el Unicaja ante la ACB. Es el protagonista involuntario del famoso derecho de tanteo, que le podría alejar del Unicaja en una historia a tres bandas en la que él tiene la última palabra. «Quiero jugar en el Unicaja, ya firmé mi contrato y sólo pienso en jugar en Málaga», explicaba ayer a La Opinión.

El desenlace de su compleja situación debe resolverse antes del sábado, a la medianoche. Es la fecha límite en la que el CAI debe mandar el contrato del jugador a la Liga. Pero, si se llega a este extremo y no existe una negociación previa, el documento irá sin la rúbrica del jugador. «Yo no tengo que hablar nada con el CAI. Mi equipo es el Unicaja. Ya hablé con el entrenador y firmé mi contrato con Málaga. Sólo jugaré en el Unicaja», relató el pívot de 2,12 metros y 27 años.

Todos tienen algo que ganar y mucho que perder. Llevado el caso al extremo máximo, el Unicaja podría quedarse sin Golubovic, el CAI tampoco vería ni dinero ni al jugador y el pívot se vería obligado a jugar fuera de España. Para evitarlo, hoy está previsto un encuentro entre los máximos mandatarios de los dos equipos. El presidente cajista, Eduardo García, y su homólogo en el CAI, Reynaldo Benito, se verán hoy en la Asamblea de la ACB. Allí deberán sentarse a hablar para alcanzar un entendimiento que estaba próximo a comienzos de semana, cuando ambas partes fijaron la indemnización en 30.000 euros.

«Sé que hay problemas, pero yo estoy seguro de que voy a jugar en el Unicaja», insistía el gran damnificado, que no firmará ningún contrato con el equipo maño, donde jugó un par de semanas hace ya dos temporadas, motivo por el que el CAI se reservó el derecho de tanteo, al realizarle una oferta de renovación que él rechazó para marcharse al Ankara de Turquía.

En el cuadro otomano acaparó todos los focos en la Eurocup: 19,3 puntos (62,4% en tiros de dos), 10,1 rebotes, 5,8 faltas forzadas y 26,6 de valoración en 30:54 minutos. Su temporadón, unido a la marcha de Vlade Stimac, le abrieron la puerta del Unicaja, con quien firmó un contrato por dos temporadas, en formato de uno más uno, y con cifras por debajo de los 400.000 euros brutos por campaña.

El CAI ha visto la opción de poder sacar tajada y ha igualado la oferta del Unicaja. Hasta el sábado a la medianoche tiene de plazo para depositar el contrato, aunque la ACB no realizará ninguna comunicación oficial. Pero, claro, es el propio pívot quien ha confirma do a este periódico que no moverá un dedo para firmar el contrato.

Si el CAI lo deposita sin su firma, el jugador no jugará en Zaragoza, pero tampoco podrá hacerlo en el Unicaja, y Golubovic deberá buscarse equipo fuera de la ACB porque sus derechos serían del CAI.

La lógica apunta a que hoy, tras la asamblea, los dos presidentes del Unicaja y del CAI alcancen algún tipo de acuerdo. Bien sea económico o por una mera renuncia del cuadro aragonés. Hasta este conflicto, la relación entre ambos clubes ha sido idílica. Así que el Unicaja, que ahora no está dispuesto a poner un euro sobre la mesa tras la «jugada» zaragozana, no descarta que el propio CAI anuncie a la ACB un acuerdo con el Unicaja y la cesión de los derechos de Golubovic. De esta forma no habría más problemas, y el center ya sería oficialmente cajista para las dos próximas campañas. De lo contrario, el Unicaja ya ha movido hilos y su primera opción, tal y como se informó ayer, es el pívot Giorgi Shermadini, en mercado y en los parámetros verdes.