­El Unicaja ha decidido apostar a lo grande esta temporada 2014/15. Había tres opciones para completar la plantilla de este curso, ya muy ilusionante. Tirar de la cantera, fichar un jugador complementario o poner la guinda con una estrella. Y, tras muchos tiras y aflojas, conversaciones, riñas internas, negociaciones y discusiones, el club y Kostas Vasileiadis alcanzaron ayer por la tarde un acuerdo definitivo y el escolta griego jugará en Málaga las dos próximas temporadas.

Ocho campañas después aterrizará en la Costa del Sol, a mediados del mes de septiembre, tras disputar el Mundobásket de España con Grecia, un hombre muy diferente al niño que llegó en los play off del curso 2006, el del título de Liga. Un jugador curtido, hecho, que acaba de cumplir 30 años (Salónica,15 de marzo de 1984), un líder sobre la pista y uno de esos jugadores que ganan partidos. Un tirador de raza, que contagia a la grada y que llega con la vitola de estrella. Un titular, no un quinto exterior. Bendito problema se le presenta ahora a Joan Plaza, con un perímetro en el que cualquiera de sus cinco jugadores puede disputar, por talento y sin pestañear, 30 minutos: Dragic, Toolson, Vasileiadis, Suárez y Kuzminskas.

El Unicaja, el club, ha realizado un terrible esfuerzo para contentar a su técnico y conformar un equipo que, vista todas las piezas, se pone en órbita de las grandes gestas. Detrás del respeto que infuden los multimillonarios de España y de Europa, este Unicaja, el que vimos el curso pasado, se presenta mejorado y con un año de experiencia. «Podemos jugar el Top 8 de la Euroliga», decía Vasileiadis en una entrevista a La Opinión hace sólo unos días. Unas declaraciones que también «tocaron» el corazón del consejo de administración y en las que Kostas se sinceró, dejando a un lado a un buque insignia como el todopoderoso FC Barcelona y un ofertón de Rusia. Quería venir a Málaga.

Un excelente entrenador como Plaza y sus ayudantes (Antonio Herrera y Ángel Sánchez Cañete), ese espíritu de equipo y consolidación del trabajo comenzado el pasado curso, jugadores de caché, polivalentes, jóvenes valores, veteranos contrastados... Ilusionante, sin duda. Muy ilusionante lo que se nos viene encima.

La jornada de ayer fue muy extraña para el Unicaja. No hubo actividad en Los Guindos, sino en los domicilios del presidente de la entidad, Eduardo García, y del gerente, Ángel Bordes. El máximo mandatario, aún convaleciente en casa, estuvo pegado al teléfono. Bordes, de vacaciones, pegado también al móvil y al portátil.

El Unicaja y el agente del jugador, David Carro, llegaron a un punto muerto peligroso. A primera hora de la tarde, la negociación se estancó. El Unicaja había alcanzado su tope máximo. No podía dar un euro más a Vasileiadis. Simplemente, porque no lo tenía. El presupuesto de este curso estaba ya agotado con la propuesta presentada. En ningún momento se rompieron, pero sí que todo quedó bajo la responsabilidad de Vasileiadis. Había lo que había. Lo tomaba o lo dejaba.

A eso de las 17.00 horas se produjeron varias llamadas. Desde Málaga a Grecia, donde está el jugador, que hoy viaja a Sevilla con su selección. Y resultaron vitales. Vasileiadis telefoneó a su agente y le dio luz verde para fichar por el equipo malagueño dos temporadas bajo las últimas condiciones pactadas horas antes.

Carro entonces trasladó el OK al club y la noticia pilló al Unicaja en pleno entrenamiento. Desde el Carpena hubo llamadas a los dirigentes dado que las webs de los periódicos malagueños ya ofrecían la información, ante la incredulidad del cuerpo técnico. La confirmación ha hecho extremadamente feliz a Plaza, que ahora manejará un quinteto de máximas garantías y muy polivalente en su juego exterior. Todo listo para competir al máximo nivel.

David Carro y Ángel Bordes terminaron de redactar durante la tarde-noche el contrato. Hay que aclarar que Carro no tiene ninguna relación laboral con Arturo Ortega, como se informó de forma errónea ayer. A las 22.30 horas, el Unicaja, a través de su cuenta de Twitter y de su página web, hacía oficial el fichaje de Vasileiadis, a falta de la firma. El club incorpora a un jugador de máximo nivel que potenciará su juego exterior, que le da lanzamiento, liderazgo y todas las garantías. Vasileiadis, de 2.00 metros, regresa a la ACB tras jugar un año en el Efes turco. La «Ley de Kostas» vuelve a Málaga y a la Liga Endesa.