Un segundo tiempo para enmarcar, cuando todo parecía en contra, en la difícil pista del Herbalife Gran Canaria, le sirvió ayer al Unicaja para dar un buen golpe encima de la mesa de esta Liga Endesa 2014/2015 y para anunciar definitivamente que está dispuesto a liar el taco en esta temporada que está echando a andar.

No hay quién pare esta máquina verde de Joan Plaza. El Unicaja es como la ola del «melillero». Tú vas a la playa en verano y sabes que a eso de las siete y media o las ocho menos cuarto va a venir la ola. Todo el mundo es consciente desde primera hora de la mañana de lo que va a pasar, pero siempre pilla a alguien con la toalla al filo de la orilla, le empapa la mochila, le desgracia el Ipad y le entierra las llaves del coche en la arena. Pasa un día tras otro. Como un deja vú.

Pues el Unicaja es igual. El equipo contrario sabe que tarde o temprano le va a fulminar. Puede ser a las y cuarto, a las y media, o a las menos veinte. Pero el final siempre es el mismo. Los rivales intentan aguantar y aguantar... pero cuando llega la ola verde, no hay nada que hacer, arrasa con todo y el rival acaba igual de empapado que el macuto de ese bañista despistado de la playa de La Misericordia, La Malagueta o Rincón de la Victoria cada tarde de verano.

Tiene mucho mérito lo que hizo ayer el Unicaja en territorio habitualmente hostil. Lo hizo sin Carlos Suárez y sin Fran Vázquez -lesionado desde el primer cuarto por un brutal gancho de derechas en toda la cara del «púgil» caboverdiano Walter Samuel Tavares Da Veiga (no me negarán que tiene nombre de boxeador categoría peso pesado)­-. Tampoco ayudaba el cansancio acumulado del sobreesfuerzo europeo de la noche del viernes ante el Alba. Pero nada pudo frenar al equipo verde en Las Palmas, una pista en la que ni Real Madrid ni Barcelona lo suelen tener fácil, pero que ayer acabó rendida a la pegada (la del Unicaja, deportiva) de un equipazo que jugó un partidazo.

Tiene esta temporada el Unicaja un no se qué que qué se yo que te hace ser optimista. Es verdad que esto no ha hecho nada más que empezar, pero la hechura del equipo, la manera de jugar, la paciencia para saber aguantar los minutos malos de cada partido (que los hay), la facilidad para sobreponerse a las adversidades... todo indica que el equipo está en el camino ideal.

Joan Plaza ayer brilló en su dirección del partido. Le salió todo bien. Jugó con los dos «cuatros» de inicio, jugó con dos bases, le dio confianza a Golubovic para que fuera de menos a más... Hasta acertó al poner a Maodo Nguirane tres minutos y medio en el último cuarto en los que el grandullón africano dio un relevo de calidad a sus cansados y cargados de faltas compañeros del juego interior. De la pizarra del coach salió, desde luego, buena parte del mérito del triunfo cajista.

Fue un buen partido del equipo en general, aunque con el nombre propio final de Ryan Toolson. Para lo bueno y para lo menos bueno. El escolta mormón ya se dio cuenta la pasada temporada, cuando visitó un par de veces Las Palmas vestido de verde cajista, que está declarado persona non grata por parte de la que fue su afición la campaña 2012/2013. Los pío-pío no le perdonan que cambiara Las Palmas por Málaga al día siguiente de acabar aquella Liga.

No seré yo el que critique semejante actitud de la grada amarilla, cuando la contaminación acústica sobrepasa todos los niveles razonables en el Martín Carpena cada vez que Álex Abrines asoma el morro por el túnel de vestuarios (y también me parece lógico). Lo que sí que estuvo ayer fuera de lugar fue que, con el partido ganado, Toolson se sentara en el banquillo en el último medio minuto mandando callar a la grada, tocándose la boca con el índice y riéndose con sorna por la victoria cajista y la derrota de sus «ex». Plaza dijo después en rueda de prensa que habrá multa para el mormón. Me parece bien. Es un buen tío, seguro que estará arrepentido y que cuando vuelva el equipo en febrero a por la Copa del Rey tendrá una actitud muy distinta.

El partido, en sí, fue más emocionante que otra cosa. El primer cuarto fue amarillo canario. El Herbalife salió muy enchufado y a base de triples, juego rápido y el crochet de Tavares a Fran pudo alcanzar el minuto 10 con un renta de 8 puntos, 22-14. Las primeras rotaciones ya dejaron ver que la segunda unidad local no tenía el mismo punch que los ayer titulares de Aíto. La remontada empezó antes del descanso (38-32) y se consumó en el 0-7 de arranque del tercer cuarto, 38-39. A partir de ahí hubo mucho equilibrio hasta que Toolson cogió su fusil y aniquiló la resistencia local en un final en el que ni siquiera se sufrió.

Así fue lo de ayer, y van ya seis victorias en seis partidos. El equipo vuelve esta semana que arranca hoy a repetir guión con partidos viernes y domingo. La buena noticia es que los dos serán en casa. Ellos no tienen que viajar y la «marea verde» no tiene que pegarse a un ordenador para ver a los suyos. El viernes llega al Carpena el Limoges francés en la tercera entrega de la primera fase de la Euroliga. El domingo, en horario matinal (12.15 horas), visita la Costa del Sol el Gipuzkoa Basket, en la quinta jornada de la Liga Endesa. Ése es el menú. Que pase el siguiente.