El Unicaja es un equipo de una fortaleza mental propia de los equipos «grandes» de verdad, de esos que al final de curso se sienten decepcionados si no ganan un título o, al menos, se sienten endeudados si no compiten por ellos hasta el final. Así se comportó ayer en su asalto a la guarida del Herbalife.

«Para nosotros, este partido era un test importantísimo a nivel mental», dijo Plaza, quien continuó diciendo que el Unicaja se enfrentaba a «un gran reto» porque, por primera vez, en menos de 36 horas su equipo tenía un partido de Euroliga y otro ante un equipo del nivel del Herbalife. «Supimos entender que teníamos un duelo en una plaza demasiado difícil». Su elogios al rival de ayer no acabaron ahí: «El Gran Canaria podría estar jugando la Euroliga perfectamente. Ha tenido un inicio liguero muy complejo en cuanto a rivales (Real Madrid, Barça, Unicaja), pero acabará estando arriba por méritos propios. Es un grupo muy equilibrado».

La machaconería cajista, esa dureza mental, fue reconocida por su propio entrenador en la sala de prensa del Gran Canaria Arena. «Nunca nos rendimos. Además, nos veremos en más situaciones como ésta (jugar tan seguido en Euroliga y ACB), aunque difícilmente ante equipos de mayor envergadura que el Herbalife», confesó rotundo. Imposible poner un ejemplo mejor de ese cerebro rocoso cajista que Fran Vázquez: «La primera noticia que me dan en el banquillo es que, a falta de pruebas una vez se le baje la inflamación, podría tener la nariz rota. Me dijo que quería seguir jugando, pero me niego a jugar con la salud de nadie».

El camino hacia la victoria de ayer en Gran Canaria estuvo lleno de baches. «Empezamos cerrando muy mal el rebote y defendiendo mal en situaciones de 1x1. Bellas, por ejemplo, entraba demasiado fácil hacia la canasta», señaló.

Después se unió la dolencia de Vázquez. «Estaba siendo el MVP de la Liga y apenas pudo jugar 3 minutos. Aquí (por Gran Canaria) lo conocéis muy bien; le encanta jugar y competir», agregó.

Si hay un jugador clave para descifrar el sudoku de la victoria verde, ése es, sin duda, Ryan Toolson, que se enfrentaba a su antiguo equipo. Plaza habló de él y de sus gestos a la grada. «Si tiras en buenas posiciones y fallas, los entrenadores nos callamos. Pero estaba tomando muy malas decisiones en ataque», sostuvo Plaza, sobre su primera parte. Lástima que su gran partido final quedara empañado por sus gestos provocando al público y por celebrar algunas canastas con una euforia desmedida. El encontronazo no quedará impune. «¿Qué Toolson se ha encarado con el público? Pues muy mal. Si en el vídeo observamos que lo ha hecho, tendrá una multa, tenlo por seguro», dijo. «Vengo de la mierda y no tolero que nadie me vacile», concluyó. Un comportamiento ejemplar el de Joan Plaza. No así el de Toolson.