El Unicaja 2014/15 está escribiendo historia en la pista. Ha firmado un sensacional arranque, jamás visto en Málaga, pero sigue teniendo la sensación de que no tiene el total respaldo de la «marea verde». Las cifras de la campaña de abonos han respondido a las expectativas, con un buen crecimiento en Liga Endesa y un fantástico repunte en la Euroliga gracias al «Abono Único», pero se esperaba que el Carpena presentase una mayor ocupación.

Se respira un gran ambiente en el Palacio y hay muchas más sillas ocupadas. Las cifras están ahí. Hace dos temporadas, la media de ocupación del Carpena fue de 5.870 espectadores por encuentro. El pasado curso, en gran medida gracias a los dos llenos de play off ante el Real Madrid, se dio la vuelta a la tortilla y la tendencia cambió, con un promedio de 6.272 personas. Una cifra «trampa», ya que si restamos los cuatro encuentros de play off, la media se quedaría en 5.936.

Esta temporada sigue aumentando la ocupación y esa tendencia continúa al alza, aunque quizá un pelín por debajo de las expectativas. Al Carpena han ido en los cinco primeros encuentros (tres de Liga Endesa y dos de Euroliga), un total de 32.732 aficionados, una media de 6.546 personas.

Sigue creciendo el promedio de asistencia y ésa es una fantástica noticia. Pero la gran dinámica del equipo invitaba a pensar que quizá se llegaría a una asistencia media de, al menos, unos 8.000 aficionados, algo que no está ocurriendo. Es cierto que en estas primeras citas de la temporada no ha venido a Málaga ningún equipo de relumbrón. Con todos los respetos a Andorra, Manresa, Alba Berlín, Limoges y Gipuzkoa, no hablamos de clubes con grandes nombres y grandes estrellas. Aunque Joan Plaza pidió a la «marea verde» llenar el Palacio, sin depender del rival, lo cierto es que su llamamiento sólo ha surtido efecto a medias.

Y lo curioso es que se ha registrado un importante incremento en el número de abonos. La pasada temporada se alcanzaron los 6.500 simpatizantes en la Liga Endesa y este curso se ha incrementado el número en 850 personas, con un total de 7.350 fieles. No se ha llegado a la ambiciosa meta de los 8.000 abonados, pero en el club están muy satisfechos por ese incremento. Y, especialmente, por el fuerte impulso en la Euroliga, donde el «Abono Único» ha sido clave. De los 2.300 abonados del pasado curso se ha pasado a 5.600. Un incremento espectacular en este campo, clave para tratar de mantener la Licencia A de la Euroliga.

Sin embargo, llama poderosamente la atención que en tres de los cinco encuentros ni siquiera han ido al Palacio todos los abonados del club. Y eso, con un Unicaja enrachado, líder de la ACB después de tres temporadas e invicto tras nueve encuentros.

La mejor ocupación del curso se vivió en el debut de la temporada, ante el recién ascendido Morabanc Andorra, en una calurosísima tarde de domingo con el aire acondicionado funcionando a la mitad de su capacidad. El Palacio registró una entrada de 7.776 espectadores.

Luego se bajó en más de mil personas en la siguiente jornada, ante el Manresa (6.488), y se descendió de nuevo, en Euroliga, ante el Alba de Berlín: 5.766. Llama la atención que casi mil abonados se quedaron en casa frente al equipo catalán, algo que se repitió, aunque en menor cifra, en el siguiente encuentro de Euroliga, ante el Limoges en Halloween: 5.540. Y eso que el club tiró la casa por la ventana y bajó los precios. En Canasta No Numerada se vendieron entradas a 10 euros y a 11 en Esquina Superior. Frente al Gipuzkoa, el domingo al mediodía, se volvió a rebasar la barrera de los 7.000, con 7.162.

El Martín Carpena ha recuperado esta temporada 274 aficionados por partido respecto al pasado curso. Se revierte la dinámica y se consolida el crecimiento, aunque parece muy poca cosa viendo los méritos del equipo en el parqué.

¿Lo positivo? Aún hay aficionados que se acercan a Los Guindos para interesarse por sacarse el abono y, especialmente, para cambiar su modalidad. Quieren convertir su abono de Liga ACB en «Abono Único» para ver la Euroliga. No es una cifra importante pero sí que la ilusión se sigue sintiendo entre los aficionados al básket.