­Este Unicaja va en serio. Este Unicaja no juega con fuegos de artificio ni utiliza balas de fogeo. Este Unicaja está dispuesto a ser el de antaño, el que aspiraba a todo, el que discutía al Barça y al Madrid su poderío en la ACB. Ayer, quedó muy claro. Y es que el equipo de Joan Plaza ofreció en Valencia una exhibición de básket 5 estrellas de ésas que quedan para el recuerdo. Sus 40 minutos en La Fonteta son, desde luego, una declaración de intenciones: hay plantilla y entrenador para ir a por todas. Y lo digo convencido, sin la cara pintada de verde y morado ni tarareando el «siempre te llevo conmigo» de Pablo López. Con-ven-ci-do.

Si a este Unicaja 2014/2015 le faltaba una gran victoria para reivindicar su estatus de aspirante a todo, eligió anoche el momento ideal para dar el golpe de efecto: uno de los escenarios más esquivos de la Liga Endesa (el Valencia acumulaba 24 victorias en sus últimos 25 partidos como local), un rival de los de la zona noble de la clasificación y la televisión nacional en abierto para que se enteren por igual los que viven en Galicia, los catalanes, los de Baleares o los de Canarias.

Fue un triunfo de prestigio. Muy meritorio. Ganar en Vitoria y en Las Palmas no había colmado las expectativas de los más exigentes. Había todavía algunas dudas. La derrota hace un par de semanas en Badalona alimentó la teoría de los pesimistas. Es verdad que el equipo, de un tiempo a esta parte, tampoco ayudaba con su juego, por mucho que siguiera ganando más partidos de los que perdía. Pero no creo que haya ya dudas desde ayer para nadie. Porque el equipo de Plaza, en Valencia, lo bordó. Delante y detrás. Tuvo paciencia en ataque para buscar siempre la mejor opción, no le importó dar un pase extra siempre que fuera necesario, defendió cada ataque rival como si fuera el último del partido, reboteó en ambos lados del campo con los grandes y con los pequeños... En definitiva, que lo hizo todo bien.

Ante un rival de los de su Liga, el que más se ha quejado los últimos años por lo de las licencias europeas, el Unicaja ejerció de equipo grande, de equipo de la Champions del baloncesto. Y es que la de ayer no es una victoria más. Fue un triunfo ante un enemigo directo, ante un equipo que sueña con el privilegio que el Unicaja se ganó en su día en la pista de ser equipo de Euroliga «porque sí» una temporada tras otra, ante un Valencia con delirios de grandeza, pero que a 24 de noviembre está un par de escalones por debajo de este poderoso Unicaja del año II de Joan Plaza.

Casualidad o no, ha sido volver Suárez y Stefansson, vaciarse la enfermería y dar el equipo un pasito al frente. El técnico catalán vuelve a tener a sus 12 elementos sanos, entrena con todos y eso se nota. El Valencia aguantó lo que pudo. Los 10 primeros minutos fueron un intercambio de golpes. Pero a partir de ahí, desde el segundo cuarto, el Unicaja vio, mandó y ganó. Con contundencia. Sin necesidad de esperar al último ataque. Como hacen los equipos grandes en las canchas grandes.

Mención especial para dos nombres propios. El partido de Will Thomas fue grandioso. Menuda vista han tenido Manolo Rubia y el club para atar a este tío procedente de un equipo menor de Italia. Es sobrio, serio, intenso, listo, trabajador... Un crack. Y encima, «barato». Un gran fichaje, por mucho que algunos -yo el primero- tuviéramos dudas por su falta de experiencia, por su pequeña estatura o por su hipotética mala adaptación a una gran Liga y una gran exigencia. Está claro por qué unos son profesionales de esto y otros solo somos unos modestos aprendices.

El otro actor principal ayer fue Mindaugas Kuzminskas. Aquí sí que no me sorprende. El lituano es un jugadorazo. Será con el tiempo uno de los mejores aleros del baloncesto europeo. Ayer fue determinante con sus puntos, con sus rebotes, con su defensa... Es una garantía en la pista y una suerte tenerlo vestido de verde y morado.

Con 7-1 en la clasificación, el Unicaja sigue hoy tercero, mano a mano con el Barça y muy cerquita del invicto Real Madrid. El objetivo de jugar la Copa del Rey está al alcance de la mano y a partir de ahora habrá que poner el listón en intentar ser cabeza de serie para el sorteo. Queda mucho para Las Palmas 2015, es verdad, pero me da que Plaza y sus chicos van a ir a Canarias dispuestos a todo. Ojalá.