Hoy acaba el año 2014, el que ha servido para purgar los pecados cometidos en las temporadas anteriores y para reconducir al Unicaja al camino que nunca debió abandonar: entre los grandes de la Liga Endesa. El año 2014 que hoy expira ha puesto al Unicaja de nuevo en órbita y ha sido el impulso necesario para dotar al club y al equipo de estabilidad y continuidad. Dos términos que son indispensables para el buen funcionamiento de una gran organización y que bajo el liderazgo de Joan Plaza el banquillo han sido comunes y han devuelto la sonrisa al club de Los Guindos.

Ha pasado años realmente malos la «familia verde». En 2011 se inició un declive que se acentuó en 2012 (hasta tres entrenadores se sentaron en el banquillo en ese mismo año -Chus Mateo, Luis Casimiro y Jasmin Repesa-) y que tampoco mejoró demasiado en la primera parte de 2013. A Joan Plaza le costó tomarle el pulso a la actualidad malagueña en sus primeros meses en la Costa del Sol, pero después, comenzado este 2014, todo ha sido coser y cantar. Y eso se ha reflejado en el día a día de la entidad. El club, además, ha sabido atar a Plaza, que continuará, como mínimo, hasta junio de 2016. Una jugada maestra.

Con el técnico catalán al mando del Unicaja, este año natural 2014 ha servido para que la ilusión y la alegría regresaran a la «marea verde». El Unicaja ha disputado un total de 67 partidos oficiales en este 2014, con excelentes resultados, la verdad. El Unicaja ha vuelto a disputar unos play off por el título tras dos temporadas de ausencia, se ha metido en la Copa del Rey como cabeza de serie y ha competido en todos los frentes, regresando, como ha sido costumbre en la última década, al Top 16 de la Euroliga. Esos 67 partidos se dividen en los 42 disputados en Liga Endesa, uno de Copa del Rey y 24 de la máxima competición continental.

Son, en verdad, días de vino y rosas para el Unicaja. Y si tienen alguna duda echen la vista atrás y revisen lo acontecido hace sólo un par de años. Y es que hay un dato que lo dice todo, en el año natural 2012, entre Liga y Euroliga, más el encuentro de Copa, el Unicaja disputó 54 encuentros (36 de Liga ACB, 17 de Euroliga y uno de Copa del Rey) con un pésimo balance de 23 triunfos y 31 derrotas. O sea que la afición verde vio perder a su equipo en un 42,6% de las ocasiones en las que saltó a pista.

A esos datos se les ha dado la vuelta de una forma radical. Ahí están los números, el Unicaja ha disputado 67 encuentros en total con un balance de 40 victorias y 27 derrotas, con un 59,7% de triunfos entre las tres competiciones. Muchísimo mérito.

Realizando un análisis de los méritos contraídos en este 2014 «natural», los números sonríen al Unicaja en la Liga ACB, donde ha ido ganando consistencia y fuerza. El Unicaja ha disputado un total de 42 encuentros en la competición española (21 correspondientes a la segunda parte de la Fase Regular de la temporada 2013/14, los siete de los play off y los 14 que se llevan ya de este curso 2014/15). Por ahora, con un impresionante registro: 30 victorias y 12 derrotas.

Ha sido en la ACB donde se ha vuelto a respirar una perfecta comunión entre el equipo y la afición. Los malagueños finalizaron cuartos en Liga y regresaron, después de dos años de ausencia, a los play off por el título. En cuartos, el «factor Carpena» fue determinante para eliminar por 2-1 al Gran Canaria. Y contra el Real Madrid se recobró la ilusión por el baloncesto en la ciudad. El equipo dio la talla y a pesar de venir de Madrid con un balance de 0-2 hubo medio centenera de aficionados que fueron a recibirle a la estación María Zambrano un domingo por la tarde.

No se pudo ganar la eliminatoria, pero el Carpena estrenó los leds, cantó a capela el himno compuesto por Pablo López y volvió a llenar el Palacio de los Deportes. Ahí nació de nuevo ese germen que muchos creían ya perdido y desterrado. Y eso se comprobó después en la campaña de abonos de este verano, en la que un interesantísimo «Abono Único» propició que el Carpena registre ahora una media de casi 7.000 personas. Anoche, ante el Real Madrid, incluso se colgó el cartel de «no hay billetes». Y el triunfo fue colosal: 99-92.

El único borrón del curso se produjo en la Copa del Rey. El Unicaja se clasificó como cabeza de serie para la Copa de Málaga 2014 y el cruce ante el CAI Zaragoza debía suponer un escalón previo para la futura semifinal. Pero el Unicaja pinchó. El equipo no respondió y Plaza, en ese partido determinado, no anduvo fino. Así que se perdió y se formó un revuelo posterior que hizo aún más fuerte al equipo. El Unicaja, desde ese momento, comenzó a ir muy en serio. Y estuvo colosal.

Luego también se firmó un buen año en la Euroliga. El 2014, de hecho, arrancó con el Top 16, en un encuentro que se perdió ante el Baskonia, pero que se retomó después con triunfos y más triunfos, aunque no fueron suficientes para lograr el pase al Top 8. Se estuvo muy cerca, eso sí. El balance final en ese Top 16 fue negativo, con seis triunfos y ocho derrotas, aunque se llegó hasta el final con las opciones intactas de poder regresar a los cuartos.

Más allá de los números y de las estadísticas, lo más importante quizá sean las sensaciones. El Unicaja ha vuelto a sentirse importante. Compite ante cualquiera, gana «casi» por costumbre, ha hecho del Carpena todo un bastión en la ACB y ha vuelto a enganchar a la grada, firmando la reconciliación con la «marea verde», como quedó claro anoche. El Unicaja vuelve a ser respetado, regresa a la elite, lucha con todos y acaba este 2014 líder con dos triunfos de ventaja en ACB.