El Martín Carpena volvió a ser el de las grandes noches. Se colgó el cartel de «No hay billetes» que hacía presagiar una noche mágica en el Palacio de los Deportes, y así fue. Ni equipo ni afición defraudaron.

Desde casi una hora antes del encuentro muchos seguidores ya se concentraron en las gradas azules del Carpena para apoyar a los suyos desde el calentamiento. Y durante el encuentro el Palacio fue una auténtica olla a presión que amedrentó a los de Pablo Laso e impulsó a los jugadores cajistas a conseguir una victoria de renombre, como las que se recuerdan de años atrás. Ayer se volvió a sentir al Carpena que llevó al Unicaja a ganar una Copa, una Liga y que le empujó a una Final Four. Ojalá sea la primera de muchas en esta temporada. El viernes espera el Olympiacos. ¡A llenarlo!