Que la renovación de Jayson Granger por el Unicaja no va a ser nada fácil es algo más que sabido. En Los Guindos lo tienen claro, sobre todo, desde que el jugador y su actual agencia de representación, You First Sports, declinaron hace ya un par de meses negociar un nuevo contrato. Los representantes del jugador pidieron entonces al club esperar hasta final de temporada para hablar de su hipotética renovación. Así se acordó entre las partes y el tiempo corre ahora en contra del Unicaja, sabedor de que el base, libre a partir del próximo 30 de junio, será una de las piezas más codiciadas del próximo mercado estival.

El propio jugador reconoció en el sanedrín de la Cadena Ser, el pasado mes de enero, que había interés de un equipo de Turquía en su posible fichaje, sin especificar si era el Fenerbahce o el Efes, los dos grandes del baloncesto otomano, uno de los más ricos del continente. También ha dicho siempre que su objetivo es jugar en la NBA, aunque esta opción podría no ser de forma inmediata, continuando en Europa al menos un año más.

El caso es que además de la posibilidad de recalar en la mejor Liga del mundo y de ese ofrecimiento reconocido por él mismo desde el básket turco, el entorno de «Jay» maneja otra opción de uno de los «grandes» de Europa. Según ha podido saber La Opinión de Málaga, el FC Barcelona tiene apuntado en su agenda el nombre del actual base del Unicaja como posible refuerzo para la campaña 2015/2016. Solo hay conversaciones informales por ahora, nada serio, pero el club catalán ha pedido al entorno del jugador que no tome ninguna determinación sin escuchar lo que el Barça le pueda ofrecer este próximo mes de junio.

El equipo catalán cuenta en la actualidad con dos bases en la plantilla. Tomas Satoransky tiene un año más de contrato, aunque el jugador checo se guardó una cláusula en su contrato por la cual este verano podría cortar su contrato para intentar la aventura NBA. En Barcelona piensan que el checo no va a dar todavía el salto y que cumplirá su contrato, aunque habrá que esperar.

El otro base es Marcelinho Huertas. El brasileño acaba contrato y a día de hoy parece que su continuidad es inviable. Huertas salió muy tocado de la Copa de Las Palmas, donde se evidenció la total falta de confianza hacia él de su entrenador, Xavi Pascual. A pesar de que el técnico luego salió al paso de los rumores sobre una supuesta mala relación entre ambos, lo cierto es que el rol del exbaskonista en el equipo blaugrana es cada vez menos protagonista y su futuro apunta lejos del Palau Blaugarana.

Sustituir a Marcelinho es una de las prioridades que tendrá el Barça en los próximos meses. El pasado verano pasó reconocimiento médico en la ciudad condal Leo Westermann. El club anunció una opción preferencial sobre este base francés que esta campaña juega en el Limoges. Pero el club culé quiere apuntalar la posición con un jugador de mayor nivel y el base cajista, de 25 años, es una de las opciones que más gusta. Es más, podría incluso el Barça plantearse volver la próxima temporada a contar con tres bases (entonces sí entraría Westermann), como en cursos pasados, ya que la experiencia actual de solo dos directores de juego en un plantel de 12 fichas no ha acabado de convencer al cuerpo técnico.

En el Unicaja lo tienen claro. Tanto el presidente, Eduardo García, como el secretario técnico, Carlos Jiménez, lo han manifestado públicamente: el objetivo es renovar a Granger «pero no a cualquier precio». Además, son conscientes en los despachos de Los Guindos de que si viene un grande con mucho dinero... será imposible retener al jugador.

Así, el objetivo ahora es dejar pasar estos últimos meses de la temporada y poner encima de la mesa del base una oferta por dos o tres años, con cláusulas asumibles para el jugador de salir a la NBA para tratar de convencerle. Pero tanto en Turquía como en Barcelona es posible que la apuesta deportiva sea similar y la económica, por contra, muy superior a lo que pueda llegar la entidad de Los Guindos. En definitiva, que toca esperar... y rezar.