El líder inabordable de la Liga Endesa ha desatado la «Unicajamanía» en Málaga. Tras 19 jornadas en lo más alto de la clasificación -15 en solitario-, el Unicaja decidió ayer abrir sus puertas a la afición. Y la «marea verde» se volcó en un acontecimiento que derrochó ilusión, emoción y que maravilló a los más de 2.000 aficionados que disfrutaron en el Carpena de una tarde junto a los jugadores de su equipo favorito. El mejor de todo el baloncesto español.

Cientos de chavales de clubes de Málaga y de la provincia, además de seguidores y abonados, pudieron ver cómo se entrena el equipo. Asistieron a un simpático concurso de tiro y luego se fotografiaron y pidieron autógrafos durante casi 45 minutos. Los cajistas no dudaron en subir por el graderío para contentar a todos, e hicieron de improvisados fotógrafos para hacerse cientos de «selfies» junto a los espectadores.

El Carpena abrió las puertas pasadas las 17.30 horas, y poco a poco se fue llenando la grada de Tribuna, en la que está el palco de autoridades. Apenas hubo un asiento vacío y más de 2.000 personas acompañaron al equipo durante únicamente 20 minutos de ejercicios. El equipo comenzó a entrenarse a las 16.00 horas, por lo que la «marea verde» sólo pudo saborear la recta final. Quizá supo a poco, porque había ganas de corear triples (Caleb Green afinó bien puntería) y las canasta del equipo, con Joan Plaza sentado sobre un balón en el centro de la pista, siguiendo la sesión en la distancia. Sus ayudantes, Ángel Cañete y Antonio Herrera, dirigieron las operaciones, con trabajo de cinco contra cinco, en el que iban entrando y saliendo jugadores. Sólo Kostas Vasileiadis vio los «toros desde la barrera», y los jóvenes Morayo Soluade y Kenan Karahodzic se entrenaron como dos jugadores más del equipo.

Una vez que finalizó el entrenamiento, tras el corrillo en la pista central, se presentó el «Campus Unicaja», que sorteó una plaza gratis entre todos los asistentes. En los accesos, cada aficionado recibió una papeleta con un número. Se escogieron once números y cada agraciado eligió a un jugador del equipo, que le representó en un concurso de triples a modo «pierdes, sales». Se llegó a la final con Ryan Toolson, Fran Vázquez y Vlade Golubovic. El balcánico quedó eliminado. Fran tuvo el tiro del triunfo, pero lo falló y luego el americano no perdonó. Toolson, el mejor tirador del equipo, se llevó el gato al agua y su aficionado se llevó una plaza gratuita para el campus. Se da la curiosidad de que el ganador fue Lucas, jugador de la cantera del Unicaja, que jugó la Minicopa de Las Palmas con el equipo infantil.

Y después se desató la «marabunta». Tras el concurso, los aficionados tuvieron vía libre para pedir autógrafos y fotos con los jugadores, incluido Joan Plaza, que no dejó de recibir el cariño de la grada y de fotografiarse con el que se lo pidió. La plantilla se mostró muy cercana y cariñosa con todos los chicos y chicas, con momentos muy entrañables y emotivos. Alguno, incluso, subió por la grada para contentar a la chavalería. Vasileiadis se pasó 20 minutos en el palco presidencial firmando y haciéndose fotos. También Caleb Green estuvo en el graderío, al igual que Granger.

Los que no fueron tan atrevidos recorrieron toda la pista, de un extremo a otro, junto a la grada, contentando a los adolescentes. Toolson, Kuzminskas, Stefansson, Fran Vázquez... incluidos los hijos de los jugadores, que tampoco se lo quisieron perder. Germán Gabriel no dejó de, a petición de los seguidores, hacerse «selfies» con ellos. Fue un rato divertido, en el que el Unicaja se dio un baño de masas y la «marea verde» le demostró que está junto al equipo. Hay que repetirlo. ¡Y pronto!