­El nuevo Unicaja 2015/16 ya se vislumbra. La estructura del equipo está totalmente conformada ya, con siete jugadores con contrato en vigor: Nedovic y Markovic (bases), Jamar Smith (escolta), Kuzminskas (alero), Suárez y Thomas (ala-pívots) y Fran Vázquez (pívot). Los fichajes de los «tanteados» Edwin Jackson y Dani Díez podrían hacerse oficiales mañana mismo, ya que esta medianoche concluye el plazo para que Barça y Madrid, respectivamente, les hagan una oferta cualificada y vayan al tanteo. Y se está a la espera del pívot griego Loukas Mavrokefalidis. Diez jugadores, dos por puesto, con un emplazamiento que está creando arduos debates. ¿Está bien cubierto el puesto de ala-pívot? O, mejor dicho, ¿por qué Joan Plaza realiza esta arriesgada apuesta, con Carlos Suárez y Will Thomas?

La decisión no responde a un capricho personal del técnico y de la secretaria técnica. Es un movimiento pensado y muy meditado, tras estudiar el mercado y comprobar las piezas de las que el Unicaja ya dispone. Si el Unicaja pudiera fichar a un «cuatro» de máximas garantías lo haría. Pero el mercado no ha puesto sobre la mesa el perfil de ese «mirlo blanco».

La pasada temporada fue el puesto más buscado. El Unicaja tocó todas las puertas y trató de encontrar un ala-pívot, americano o europeo, competitivo. El club negoció con Luke Babbitt y Robbie Hummel, pero ambos se quedaron en New Orleans y Minnesota, respectivamente. Al final se optó por Caleb Green, que no ha dado el resultado deseado (el Galatasaray le quiere).

Así que cuando se inició la planificación de este curso sucedió algo similar. Los nombres en cartera o bien eran inalcanzables económicamente o tenían contratos en la NBA. O, directamente, no convencían. El club decició entonces realizar una apuesta. ¿Arriesgada? El tiempo lo dirá... Plaza tiene fe ciega en Carlos Suárez. Cuando cambió Kaunas por Málaga hace dos años puso como condicionante traerle con él, aunque no entrase en la idea del club. Pero se hizo ese esfuerzo. Plaza ya le ha dado muchos minutos al alero madrileño como ala-pívot en este curso y el resultado ha sido muy satisfactorio para el cuerpo técnico. Junto a él estará Thomas, su ala-pívot de «seguridad», el hombre de confianza en los encuentros complicados.

El cambio de rol de Suárez cumple además otro propósito. Mindaugas Kuminskas terminó la temporada algo decepcionado por la falta de minutos y confianza. Cuando Suárez se convierta en «cuatro», el lituano tendrá vía libre para explotar y demostrar todo su potencial. Sin el madrileño, «Kuza» ya no tendrá excusas y deberá dar ese deseado paso al frente, con rol de alero titular del equipo. Y, además, será el «cicerone» de Dani Díez, una apuesta del club, con el que se negocia desde la Copa del Rey de Las Palmas, y al que se le quieren dar galones gradualmente. El club era consciente de que a sus 22 años y tras ser el «Mejor Joven» de la ACB, Díez sólo fichará por el Unicaja en este momento. El año que viene ya sería tarde. Es más, la NBA se ha entrometido de forma inesperada viendo el potencial del jugador e incluso el Real Madrid ya ha comunicado al Unicaja que quiere tener un derecho preferencial en caso de traspaso y se está hablando.

Con todas estas piezas y esta información, la decisión del cuerpo técnico y la dirección deportiva fue realizar esta apuesta. A sabiendas de que queda una plaza de extracomunitario por cubrir. Y que la temporada será muy larga.