­ A las 13.55 horas, en la Residencia de la Universidad Laboral, la plana mayor del Unicaja mantenía la sonrisa en la cara porque tenía casi atada la complicada operación por Marko Todorovic. El presidente del club, Eduardo García, confirmaba, al ser preguntado por el pívot montenegrino, esas buenas sensaciones. «Estamos negociando, como sabéis, con varios jugadores. No voy a ocultar que uno de ellos es él (Todorovic). Estamos buscando jugadores emergentes e importantes, que tengan recorrido en la casa. Hasta que las cosas no se finalizan no hablamos de jugadores», comentaba el mandatario, recién presentado el «Mejor Joven» de la ACB, Dani Díez, en otra complicada y exitosa negociación.

Un par de horas después, el agente de Todorovic, el mismo que el de Álex Abrines, el vitoriano Ígor Crespo, comunicaba al Unicaja que todos los esfuerzos caían en saco roto y que el pívot de 2,1o metros y 23 años se marchaba al Khimki ruso, otro de los equipos a los que Crespo seguía ofreciendo a su jugador. Allí ganará casi tres veces más que en Málaga y, lo más importante, esa cláusula de escape a la NBA es casi gratuita. El único fleco que estaba aún en discusión para llegar al acuerdo final, tal y como explicó ayer este periódico, era ése.

Y es que el club de Los Guindos apretaba para tratar de ganar entre medio millón y un millón de euros en caso de que el montenegrino se marchase a la NBA tras el primero de los dos años de contrato. Y el pívot quería rebajar esa cantidad hasta hacerla prácticamente irrisoria. Ahí hubo un parón en la negociación, solventado el tema económico y contractual. Y el Khimki, en plena tarde de ayer, apareció con más dinero y sin problemas para liberar casi gratis al jugador. Todorovic firmó el contrato con los rusos por tres temporadas, con el actual campeón de la Eurocup y participante en la Euroliga.

Las negociaciones con el Barça, en las que el Unicaja logró arrancar un pacto de caballeros para que no igualara la oferta en el derecho de tanteo, no habían servido para nada. Una verdadera lástima, porque Marko Todorovic hubiese significado, más que una guinda, el fichajazo de este verano del Unicaja.

¿Y ahora, qué? Pues lo primero es recuperarse del golpe, que ha sido duro, muy duro. El club ya tenía entre los dedos al montenegrino y ahora debe dar media vuelta y volver a llamar a la puerta de Loukas Mavrokefalidis. Sobre él había hablado también el presidente, tras presentar a Dani Díez»: «Cada uno tiene sus opciones vitales y deportivas, él sabrá cuáles son las más importantes. El tiempo es una variable que juega en contra. No descartamos a nadie. No hay un plazo», señaló Eduardo García.

Lo cierto es que Mavrokefalidis ya sabe que no tiene sitio en el equipo del serbio Djordjevic, el nuevo técnico del Panathinaikos. El entrenador sigue esperando a Miroslav Raduljica, con el que cuenta para el puesto de pívot titular. Y como tercer «center» tiene al joven Giorgos Papagiannis, de 2,16 metros. El otro pívot podría ser Stephane Lasme, que ya jugó en Atenas y que no sigue en el Anadolu Efes, o el joven serbio Nikola Milutinov, del Partizán. El pívot griego está en un plano muy secundario.

Lo que tiene claro el jugador es que por la oferta que le puso el Unicaja encima de la mesa no va a venir a Málaga. Este curso ha ganado en el PAO más de 650.000 euros libres de impuestos. El Unicaja sólo puede darle una tercera parte de esa cantidad. El club le realizó la oferta hace hoy justo dos semanas, y no la ha retirado. Sigue en pie. El pívot heleno no la aceptará y el club de Los Guindos sopesa si sube su ofrecimiento para tratar de convencerle. Es una apuesta en firme, Joan Plaza lo quiere y el Unicaja cerraría así su «plantilla 10». Se estudia en el club, aunque no es una opción que entusiasme al consejo de administración eso de gastar más dinero del necesario...

Llamamiento al Carpena

Mientras, el Unicaja sigue con su campaña de abonos, que ya ha conquistado a 7.600 aficionados en la Liga Endesa y 6.300 con el «Abono Único». El presidente del club se trazó ayer el reto de llegar a los «8.500 ó 9.000, también en la Euroliga». «Nuestro objetivo son los 8.500 ó 9.000 abonados. Para nosotros es muy importante tener el Carpena lleno en la Euroliga. Es un baremo que la propia competición utiliza y que es tan importante casi como los partidos ganados. Venimos de dos grandes temporadas y estamos seguros de que la próxima va ser también ilusionante».