­El Unicaja ha decidido construir la plantilla de la próxima temporada con el mismo esquema que el de este curso y mantendrá un canterano entre los «doce» elegidos. El club es consciente de la petición de Joan Plaza, que ha pedido por activa y por pasiva contar con 12 profesionales en su plantel, y tener tanto a Morayo Soluade como a Kenan Karahodzic como jugadores 13 y 14 del equipo, entrenando a diario con el primer equipo y entrando en la convocatoria cuando haya bajas. Pero la entidad necesita que haya algún canterano en el Unicaja. Ha de dar salida y visibilidad a los chicos y no está dispuesto a que ocupen un rol tan secundario.

Ya el pasado verano se produjo un debate muy similar. El club quería que hasta dos jóvenes ocupasen las fichas 11 y 12, aunque finalmente, tras un largo diálogo, Plaza logró que únicamente el pívot africano Maodo Nguirane ocupara ese rol, tras fichar a ultimísima hora al griego Kostas Vasileiadis, que se puso a tiro.

Éste es el planteamiento que desea repetir la cúpula de la entidad, que entiende que con 11 profesionales, más un canterano, y la ayuda de los chicos que jugarán en el Clínicas Rincón es suficiente para afrontar el curso. Además, el club guardaría una partida para hacer frente a bajas prolongadas derivadas de lesiones de larga duración, algo que hasta el momento no se ha cubierto desde que Plaza accedió al banquillo verde.

El técnico catalán dejó claro antes de marcharse de vacaciones que confiaba en que el club pudiera retener tanto a Jon Stefansson como a Germán Gabriel. El ala-pívot malagueño llegó al equipo a finales de enero, sustituyendo a Nguirane, y su rendimiento, al igual que el del islandés, fue notable. Los dos aportaron muchísimo al equipo. Brillaron, además, por su polivalencia. Stefansson actuó de base cuando Markovic estuvo lesionado. Germán tuvo minutos de calidad tando de «cuatro» como de «cinco», y Plaza le piropeó llamándole «sabio».

Sin embargo, con la tesis del club de dar salida sí o sí a un canterano en el «doce» del equipo, Plaza deberá renunciar a uno de ellos. No es ya un tema meramente presupuestario, sino de lanzar un guiño a la cantera y promover una política más activa con los jóvenes talentos que vienen desde abajo.

Tanto Soluade como Karahodzic se entrenaron a tiempo completo con el Unicaja una vez que el Clínicas Rincón concluyó la temporada en la LEB Oro. A ellos se le unió, en ocasiones, Romaric Belemene. Plaza tendrá ahora que escoger a uno de los dos. Al base-escolta inglés o al ala-pívot balcánico. Una compleja ecuación, puesto que el coach va a hacer una apuesta de riesgo esta temporada, moviendo a Carlos Suárez al puesto de «cuatro», por lo que lo sensato sería arropar ese sitio con un jugador de mayor experiencia.

Claro que el canterano que más llama la atención del cuerpo técnico, el jugador en el que más fe tiene puesta y más confía por sus fundamentos y potencia es Karahodzic. ¿Tendrían cabida Germán y Kenan a costa de desproteger el juego exterior? Difícil respuesta.

Cuando acabó la temporada, tanto a Stefansson como a Gabriel se les comunicó que quedaban libres para negociar con cualquier equipo, pero que entraban dentro de los planes del club. Eso sí, iban a ser los últimos en ser llamados a filas, ya que la intención era fichar a dos jugadores por puesto y, una vez que estuvieran cubiertas esas diez fichas, tratar de que ellos dos fueran los jugadores 11 y 12.

Plaza es consciente de que la temporada es muy larga, que este año se rozarán los 70 partidos y que cuantos más estén para ayudar será mucho mejor. El club desea potenciar la presencia de jóvenes valores en el primer equipo. Por lo tanto, los dos no caben. ¿Stefansson o Germán? Sólo tiene sitio uno, abriéndose una tercera vía, ya que hay una plaza de extracomunitario libre, no hay problemas de cupos con un joven en el «12» y podría utilizarse esa ficha para cerrar el décimo profesional.

Brent Petway

El club, que hace unas semanas dejó a un lado la opción de Brent Petway (2,05 metros), ex del Olympiacos, por problemas de espalda, ha vuelto a recibir su ofrecimiento. Aunque hay dudas porque es un «cuatro y medio» gusta mucho.