Un mes menos un día. La marcha atrás ya ha comenzado. Y no, no es una condena, sino el tiempo que resta para que en el Martín Carpena vuelva a sonar el «I feel devotion» de la Euroliga y Málaga vuelva a vivir, por decimoquinta temporada consecutiva (16 en total), el lindo sabor que supone jugar la máxima competición continental. Ya hay fecha, sitio y rival. El próximo 15 de octubre, jueves, en el Palacio se abrirá la Euroliga ante el Brose Basket de la ciudad de Bamberg (Alemania), el vigente campeón de la Liga de su país. Ni el poderoso Bayern Múnich ni el Alba Berlín. El Bamberg se aupó con el título. Y ante el campeón alemán abrirá el equipo de Joan Plaza la competición. Movistar Plus, poseedor de los derechos del Unicaja en la Euroliga, aún debe establecer el horario.

La Euroliga que se avecina va a ser muy diferente a las que el club malagueño ha disputado durante la última década, ya que ha estado en todo ese tiempo amparado por la «Licencia A». Ese ha sido su salvoconducto para estar, año tras año, en la mejor competición del Viejo Continente. Pero, una vez perdida su «carta blanca», ahora toca ganarla en la pista, en la Liga Endesa. Ya no se admiten errores ni un mal cruce en el play off. Y eso supone una presión añadida. Hay que quedar por delante, sí o sí, de los equipos que no tienen Licencia. ¿Qué significara eso? Que los de Joan Plaza están obligados a ser, como mínimo, semifinalistas de la Liga Endesa siempre y cuando los otros tres compañeros de viaje sean Real Madrid, Barcelona y Laboral Kutxa.

O sea, que hay que estar por delante de Valencia o Gran Canaria o CAI... cualquiera que no tenga esa Licencia A. En Los Guindos saben que se está ante un año fundamental. Hay que hacer un gran año en lo deportivo y, por supuesto, mostrar su mejor cara en la Euroliga, con las gradas lo más llenas posible, puesto que eso ayudaría a los organizadores a la hora de reorganizar sus licencias para el próximo curso.

En el plano estrictamente deportivo, el CSKA y el Maccabi serán los dos grandes rivales del cuadro verde. Hay que recordar que de los seis equipos de este Grupo B de la primera fase pasarán cuatro, por lo que el Unicaja deberá tomárselo muy en serio, porque delante habrá dos campeones nacionales -Dinamo Sassari (Italia) y Brose Bamberg (Alemania)- además del millonario Darussafaka Dogus turco, que juega con una invitación de la Euroliga y una plantilla reforzadísima: Reggie Redding, Erden, Preldzic, Slaughter, Harangody, Bjelica o Savas. Una pasada.

El campeón ruso será de nuevo uno de los grandes favoritos aunque quizá haya perdido algo de potencial por la pérdida de Weems y Kaun. Sigue en el banquillo el griego Dimitris Itoudis, y su fichaje más relevante ha sido el del excajita Joel Freeland, que regresa de la NBA después de jugar tres temporadas en Portland.

El Maccabi será el otro gran rival. El club hebreo ha realizado varias incorporaciones de campanillas para volver a la Final Four y a codearse con los más grandes. El máximo anotador del pasado curso -el base Rochestie-, el tirador Jordan Farmar o el pívot Trevor Mbakwe suenan muy bien. Y también ha contratado a otro ex del Unicaja, un jugador formado en Los Guindos: Vitor Faverani.

El Brose vuelve a reinventarse en busca del Top 16, lo máximo a lo que pueden aspirar los alemanes, tras perder piezas importantes y fichar a Nikos Zizis y Nicolo Melli. Será un grupo sin «Cenicientas», ya que a priori tampoco el Dinamo Sassari, vigente campeón de Italia tras derrotar al Emporio Armani Milan pondrá las cosas nada fáciles.