Aunque en el baloncesto gana el que mete más puntos, el Unicaja superó ayer al Baloncesto Sevilla jugando con currantes y sin tiradores. Nos vamos a inflar de ver tirar de tres al equipo de este año. Vamos a disfrutar muchísimo con los puntos de Edwin Jackson (demasiado ansioso todavía) y de Jamar Smith. Pero mientras el equipo y los nuevos se ajustan, el Unicaja aprovechó ayer el trabajo de esos otros jugadores que «ni pinchan ni cortan» para el gran público, pero que son fundamentales en la confección de una plantilla. Ayer, Joan Plaza encontró el sentido de su juego con Stefan Markovic y Alberto Díaz juntos. Suena tan raro como raros son los partidos de pretemporada, aunque se vistan de encuentros semioficiales como esta XVIII Copa de Andalucía. Pero con ellos dos por fuera y con el reubicado Carlos Suárez de «cuatro» y Will Thomas como falso «cinco», el Unicaja asfixió a un Baloncesto Sevilla muy limitado y con poquitas cosas que destacar, y se apuntó en el tercer cuarto el partido.

Luego los que tienen talento marcan diferencias. A ratos, en el inicio, fue Richard Hendrix. Luego Mindaugas Kuzminskas que, sin miedo a equivocarme, es el mejor jugador de este Unicaja 2015/16, sumó por dentro y por fuera. y para rematar al Sevilla de su buen amigo Berni Rodríguez, el malagueño Germán Gabriel sacó la varita mágica y puso su muñeca a funcionar. Con eso le bastó al Unicaja para atropellar al Sevilla en el derbi y levantar de nuevo la Copa Andalucía, de la que es ya dueño absoluto.

Con insultante claridad, en Alcalá de Guadaíra, en territorio sevillano, el Unicaja derrotó con al CB Sevilla (77-62), con muchas lecturas que hacer un partido de mero rodaje, de un equipo que aún está en obras y que seguirá así un tiempo, porque apenas lleva trabajando junto tres días mal contados y Hendrix sólo pudo hacer la sesión completa del sábado por la mañana. El americano fue lo mejor que le pasó al partido. El pívot, con un edema óseo en la rodilla izquierda -llevaba un llamativo vendaje-, fue capaz de jugar a un buen nivel. Plaza quiso enviar un mensaje situándolo en el cinco inicial. Y Hendrix respondió. Fue muy listo, utilizó las fuerzas justas, cargó de faltas al joven Balvin y no tuvo problemas con Oriola. Técnicamente es una gozada verle y seguro que vamos a disfrutar muchísimo viéndole de verde. Porque domina la situación, sabe pasar, echa el balón al suelo... Ya ha dicho que para la Supercopa será el Hendrix de siempre.

El Unicaja de ayer, especialmente hasta el descanso, tuvo poco que ver con lo que Plaza busca. Y es que tras el 6-0 de salida, el Unicaja encajó un parcial que dejó a los sevillanos, adiestrados por Luis Casimiro, por delante: 8-14. El Unicaja abusó del triple, no buscó bolas dentro, circuló lento el balón... Sólo la salida a pista de Kuzminskas le dio contundencia al equipo. El lituano anotó un triple sobre la posesión, una canasta de dos y un triplazo final desde la mediación de su propia pista: 17-16.

Después (26-23), el Unicaja demostró por qué está en pretemporada. En ataque y en defensa. Cayó en despropósitos y hasta se le vio muy pequeño, permitiendo rebotes en su aro. Al descanso, el partido llegó con ventaja sevillana: 33-37. El tercer cuarto fue apoteósico. Plaza no tuvo dudas y fue a por el partido. No quiso hacer experimentos y situó a un cinco con jugadores que ya tuvo el pasado año, conocedores de sus sistemas, con Markovic moviendo los hilos. Este Markovic tiene que ser el base titular del Unicaja. Lo fue con Serbia, donde demostró que reparte juego. Se siente cómodo haciendo jugar a «jugones». Y en Málaga los tiene. Por fuera (Jackson, Smith o Kuzminskas) y por dentro (Hendrix y Thomas). Si el equipo responde habrá base. Y a Nedovic le tocará «romper» partidos atascados, darle intensidad y velocidad, jugar a una marcha más.

Markovic jugó junto Kuzminskas, Thomas y Fran, y a ellos cuatro se les unió la muñeca de Smith. El americano, en un cinco más sólido, sólo tuvo que defender y mirar el aro. Cinco puntos consecutivos abrieron la lata. Me gusta Smith, muchísimo. La cuarta falta de Balvin y Bamforth debilitaron sobremanera al Sevilla. Y la renta malagueña comenzó a aumentar vertiginosamente, de la mano de Kuzminskas y un Germán Gabriel descomunal y certero.

Del 48-42 se pasó al 52-44 y de ahí al 54-44. Al final del cuarto, ventaja: 58-47. El equipo funcionó a las mil maravillas con Alberto Díaz de base y Markovic de escolta, con una gran circulación, sin abusar del lanzamiento exterior, y buscando dentro a Will Thomas. La diferencia malagueña llegó a los 15 puntos (69-54) y al final el partido acabó en esa misma cifra: 77-62. Buenas sensaciones las del Unicaja. Y con Hendrix a gran nivel.