Si la pasada temporada 2014/15 no hubiese existido, el Unicaja estaría celebrando hoy, ante el Laboral Kutxa, que había firmado el mejor arranque de su historia en una temporada. Jamás -hasta que lo logró el pasado curso-, el equipo malagueño había arrancado un año logrando cuatro victorias consecutivas. Ahora, en este ilusionante inicio de 2015/16 ya las ha obtenido, conjugadas entre Liga Endesa (Murcia y Fuenlabrada) y Euroliga (Brose y Maccabi). De hecho, había que remontarse mucho en el tiempo para ver al Unicaja ganar apenas tres partidos consecutivos en el arranque, algo que sólo se había logrado en dos ocasiones a lo largo de la larguísima trayectoria del club.

El Unicaja había iniciado la temporada con tres victorias en dos etapas muy diferentes. La primera fue en la era de Bozidar Maljkovic (2001/02), cuando los verdes ganaron de forma consecutiva al Pamesa en Valencia (65-66), al Fórum Valladolid (67-40) y al Lobos Cantabria (70-91). En el primer duelo europeo, en la pista del Benetton de Treviso se perdió por 98-94, y ahí se acabó la racha.

Posteriormente, y en una época mucho más reciente, Chus Mateo en 2011/2012 venció, de una tacada, al Gran Canaria (85-68), al Obradoiro (71-78) y al Lagun Aro (92-95). Pero el primer encuentro en Euroliga, ante el Panathinaikos, rompió esa buena dinámica: 98-77. Ahora, el Unicaja de Joan Plaza ya ha logrado esas cuatro, lo que supondría el récord histórico.

Pero el mejor balance lo hizo añicos el Unicaja la pasada temporada, cuando elevó el listado de victorias a ocho. Un registro brutal, jamás visto en estos lares, para el que aún queda un largo trecho.

El cuadro costasoleño ya ha hecho la mitad del camino. Falta otro tirón importante. Otras cuatro victorias más para llegar, al menos, a esas ocho obtenidas en la pasada campaña 2014/15.

Entonces, el Unicaja aguantó invicto ocho partidos. Los cuatro primeros fueron ante Andorra (83-69), Laboral Kutxa (79-88), Cedevita (63-78) y Bruixa d´Or Manresa (81-65). Luego el equipo ganó otros cuatro más.

Ahora, el quinto obstáculo es un rival de campanillas como el Laboral Kutxa. Un equipo que llega también en una buena dinámica, pero al que el equipo malagueño le ha cogido la medida en los últimos años. La apuesta está lanzada, el récord sigue a medio camino.