El Unicaja ha comenzado esta temporada de manera muy similar al curso pasado, aunque con los papeles cambiados en las dos competiciones que disputa, la Liga Endesa y la Euroliga. Mientras que el año pasado en el campeonato doméstico realizó un arranque inmaculado, con un 5-0 en el casillero, a estas alturas del torneo, esta temporada el balance es de 2-2, con igual número de derrotas y de triunfos.

Sin embargo, en la Euroliga la andadura es diametralmente opuesta. El inicio es inmejorable, cada enfrentamiento se cuenta como victoria,muy diferente a la temporada pasada, donde el inicio fue un 3-2, aunque luego la cosa iría en línea descendente.

Al igual que el pasado año surge la eterna y recurrente pregunta en estos casos, ¿por qué esa diferencia entre una competición y otra? ¿Cuál es la razón para que después de un partido tan completo, apenas 2 ó 3 días mas tarde se ofrezca una imagen totalmente diferente y desconocida.

Razones o excusas se pueden buscar miles, que si se prioriza una sobre la otra, acudir a la diferente motivación con respecto al rival que se tiene enfrente, la carga de partidos seguidos...

Creo sinceramente que, dejando a un lado los pequeños detalles puntuales que pueden tener incidencia en un partido u otro, la razón principal es, básicamente, la alta exigencia que te imponen estas dos competiciones, unido al poco rodaje aún del equipo. Esa exigencia extrema es la que te obliga a salir cada encuentro con un alto grado de concentración, con un nivel elevado de tensión y con una consistencia y deseo de mejorar y querer más en cada partido, independientemente del rival o la cancha de turno, que a estas alturas de la temporada aún no se tienen.

De ahí que haya choques en los que se alcance o se esté muy cerca de la excelencia y pocas horas después se ofrezca una imagen de la que se desprendan otras sensaciones completamente diferentes sin encontrar muy bien el por qué de ello.

Disputar la Euroliga y la Liga Endesa te obliga a eso, una vez iniciada ambas, ya no hay respiro, cada apenas 4 días, y a veces menos, te plantean un examen de alto nivel y con la acumulación de partidos y desplazamientos, no siempre cómodos ni cortos, por cierto,en muchas ocasiones se tiene poco tiempo para preparar, mejorar o corregir a través de los entrenamientos, debes hacerlo sobre la marcha en los encuentros. Y eso muchas veces no sale como uno desea.

Sin embargo esta exigencia, tanto el equipo, el club y todos sus aficionados nos la tomamos como una bendita obligación. Es lo que todos queremos, participar en las mejores competiciones del continente, aunque ello suponga un esfuerzo extra en todos los sentidos y por parte de todos. Ojalá dure lo máximo en el tiempo posible y para ello todos debemos aportar nuestro granito de arena, el club continuando como hasta ahora con su apoyo firme al baloncesto, el equipo poniéndolo todo en la pista partido tras partido y nosotros, los fans, apoyando incondicionalmente y llenando día si y otro también el Carpena. Todo cuenta y todo suma.

En el partido de ayer ante el Dinamo Banco di Sardegna Sassari se vio una muestra más de lo que es este equipo y esta competición. Y mañana, domingo, hay una nueva oportunidad para seguir creciendo en esa consistencia y dureza mental tan importante para dar un buen nivel y una regularidad notable en estas dos exigentes competiciones.