El Unicaja jugará a partir del próximo 29 de diciembre el Top 16 de la Euroliga 2015/2016. Será por undécima vez consecutiva. Todavía no es oficial porque con seis jornadas aún por delante en esta primera fase, las combinaciones matemáticas son infinitas. Pero la victoria de anoche frente al Dinamo Sassari italiano, cuarta consecutiva de la liguilla, coloca a los malagueños virtualmente en la siguiente fase. Para que ustedes lo entiendan: hay más posibilidades de que le den unos Juegos Olímpicos a Madrid, de que el Unicaja quede eliminado de esta Euroliga. Así que, enhorabuena por anticipado al equipo y a su afición.

Los números la verdad es que son contundentes y admiten poco debate. El Unicaja tiene 4 victorias, mientras el Darussafaka y el Maccabi (en principio rivales directos de los verdes) solo suman una cada uno, y el rival de anoche, ninguna. Así las cosas, es «casi» imposible pensar en una carambola de resultados de aquí al cierre de esta primera fase que permita a dos de estos tres equipos llegar a la jornada 10 con las cuatro victorias que ya suman los de Los Guindos y el average a favor.

En pleno debate sobre el futuro del baloncesto continental (que si la Euroliga no sé qué o que si la FIBA no sé que más), el Unicaja suma hoy un pleno de victorias en la máxima competición europea que solo igualan el CSKA y el Lokomotiv Kuban. Mientras Panathinaikos perdía ayer en Polonia, el Real Madrid remontaba el jueves al Bayern sobre la bocina, el Milán de Repesa cedía en casa ante el Cedevita o el Maccabi está como está -todos ellos con Licencia A-, el Unicaja manda en su grupo 4-0, mano a mano con el campeonísimo ruso. Yo no digo nada para no parecer muy forofo, pero...

Fue un partido raro el de ayer en el Carpena. El equipo de Joan Plaza no acaba de cerrar 40 minutos sin altibajos. Ante el último campeón de la Lega, el equipo mostró sus dos caras. La buena, sobre todo tras el descanso, y la malísima, en un segundo cuarto para olvidar, en el que el Sassari se puso hasta 7 arriba (24-31), tras un parcial demoledor y sonrojante de 4-18. Fue solo un susto, pero que hay que evitar repetir si es que el equipo quiere competir al mismo nivel que los mejores. Anoche, con un rival al otro lado de la pista de más caché, la desconexión colectiva a lo mejor habría costado un serio disgusto.

El Dinamo Sassari la verdad es que fue demasiado manso. Ni siquiera cuando peor estaba el Unicaja dio sensación de poder hacer daño. A priori parece que todo un campeón de una Liga como la de Italia debería asustar más, pero lo cierto es que los de Cerdeña no dan señales de vida cada vez que juegan al máximo nivel continental. Curioso.

El partido empezó con el guión previsto. El Unicaja arrancó con fuerza y el 12-5 del minuto 6 o el 20-13 del minuto 9 hicieron pensar en un partido cómodo. Nada más lejos de la realidad. El segundo cuarto cajista fue un despropósito. El Dinamo Sassari, sin aparente dificultad, se fue en el marcador. Haynes acribilló al Unicaja desde el 6.75 y el equipo verde encajó un parcial de 4-18. Las alarmas se activaron con el 24-31. Plaza encontró algo de luz con Will Thomas en pista, suficiente para hacer despertar a los suyos a tiempo de alcanzar el descanso con un más «razonable» 36-37.

El Unicaja volvió del intermedio desatado. Endosó un 19-0 de parcial a su rival que rompió el partido (55-37). Los de Cerdeña estuvieron 8 minutos y 17 segundos sin ver aro hasta que Haynes anotó un tiro libre. El base americano fue la única guía ofensiva en esos 10 minutos hasta el 60-44 del minuto 30.

El último cuarto fue una sucesión de minutos en los que ya no hubo en juego nada más que el maquillaje estadístico habitual de estos casos. Plaza aprovechó para hacer debutar este curso a Karahodzic... y poco más. Al final, 80-62, +18 para los de casa.

Mañana domingo repite el equipo como local ante el Iberostar Tenerife. Será justo antes de un partido «grande» europeo, el viernes de la próxima semana, frente al CSKA. Un duelo de líderes en Moscú que concentrará la atención de todo el Viejo Continente.