Anoche perdió la imbatibilidad europea el conjunto del Unicaja en su visita al campeón alemán, el Brose Baskets, en un partido que fue de largo el peor de los costasoleños en esta andadura en la Euroliga 15/16 y que nos dejó a todos un mal sabor de boca, quizás mal acostumbrados por la buena marcha de los nuestros en esta competición.

Las estadísticas en muchas ocasiones no te lo explican todo acerca del partido, hay muchos detalles que gran cantidad de veces se escapan a los números siempre fríos del papel. Sin embargo, en el encuentro de ayer, éstas cuentan claramente las causas de la derrota del Unicaja.

Algunos datos son bastante esclarecedores de lo ocurrido sobre el parqué alemán, que ningún jugador pasara de los diez puntos es un bagaje demasiado pobre, de ahí los 53 con los que terminó el conjunto verde. Por otro lado están los porcentajes, tanto en los tiros de dos (42,9%) como principalmente en los triples, con un paupérrimo 15,4%, agravado este último porcentaje porque se obtuvo tirando para ello hasta 26 veces y con éxito tan sólo cuatro de ellas. Cuando tiras tanto desde esa distancia y tienes tan poco acierto estás condenado irremisiblemente al fracaso.

Estos malos porcentajes provocaron otro dato en los que el Brose se llevó el gato al agua en las estadísticas, el rebote fue claramente para el equipo teutón, gracias principalmente a los 32 rechaces que capturaron en defensa, dejando pocas segundas opciones a los malagueños. Si no tienes mucho acierto y encima te limitan las segundas oportunidades, naufragas en ataque, tal y como hizo el cuadro de los Guindos.

Demasiados apuntes desfavorables en unos números que explican claramente las causas de la derrota de ayer noche en Alemania del Unicaja, primera en esta fase y que no supone nada grave con respecto a la clasificación. Tiene quizás mas un componente emocional o de cara a la confianza.

Ha sido una semana en la que la nueva andadura pretendida por la Euroliga ha estado en boca y en la cabeza de todos, con declaraciones, quejas y opiniones en los diferentes medios. Además, no ayudó arrancar con la dolorosa derrota en Sevilla y termina con un viaje no de placer precisamente: tantas horas, trasbordos, desplazamientos en autobús, esperas en aeropuertos y poco descanso en general desgastan y complican aún mas lo que supone jugar dos compromisos de alto nivel y exigencia en apenas 40 horas.

Quizás el Unicaja se haya visto arrastrado por esta corriente de cosas negativas ocurridas en estos últimos días y no tuvo anoche la fuerza mental necesaria ni la capacidad de aislarse de todo ello, para sacar adelante el choque del Brose Arena.

La empresa mas complicada ahora es recomponerse, revelarse ante esa sensación de negativismo y hacerlo además con un tortuoso viaje de por medio, con poco margen para el descanso y con menos tiempo aún para corregir errores y preparar medianamente en condiciones el duro partido que toca disputar la mañana del domingo en Andorra. Se trata mayormente de un trabajo mental, amén de la recuperación física que en estas pocas horas se pueda realizar, pero un buen aclarado de ideas ayudará mucho, allá donde las fuerzas no lleguen.