El nuevo modelo de la Euroliga, el que regirá el baloncesto continental las próximas 10 temporadas, tiene mañana una cita clave. En Barcelona está prevista una reunión en la que participarán las principales ligas del continente con la propia Euroliga, encabezada en este encuentro por su director ejecutivo, Jordi Bertomeu.

En esta cita participarán la ULEB (Unión de Ligas Europeas de Baloncesto), presidida por Eduardo Portela, además de las Ligas nacionales de Alemania, Italia, Francia, Israel, Grecia, Polonia, Lituania y España (ACB). También acudirán la VTB, que engloba a equipos de la extinta Unión Soviética, y la Liga Adriática, en la que toman parte equipos de la antigua Yugoslavia.

El objetivo de este encuentro es determinar todos los puntos que quedaron abiertos en el comunicado que Euroliga realizó hace ya tres semanas, en el que se dio forma al boceto de la nueva competición, en la que el Unicaja no cuenta como equipo con Licencia A.

En aquella comunicación, la Euroliga explicó que su nuevo proyecto será una liga europea de 16 equipos, en la que jugarán todos contra todos, de los cuales 11 serán Licencias A (Barcelona, Real Madrid, Baskonia, Olympiacos, Panathinaikos, Fenerbahce, Anadolu Efes, EA7 Milán, Maccabi Tel Aviv, Zalgiris Kaunas y CSKA) y uno más, el ganador de la Eurocup.

A partir de ahí quedaron muchas cuestiones pendientes con las otras cuatro plazas vacantes, que son las que la Euroliga quiere mañana terminar de decidir con las propias Ligas. Lo que se sabe hasta hoy es que habrá tres plazas de acceso directo para tres campeones de ligas nacionales y que la última plaza saldrá de una Fase Previa en la que participarán ocho equipos, semanas antes de que arranque la propia Euroliga.

El objetivo de esta reunión de mañana en Barcelona es que las distintas ligas nacionales se pongan de acuerdo para repartirse las tres plazas directas vacantes y también para las ocho plazas de esa calificación anterior a la competición, algo que a priori parece bastante complicado por el conflicto de intereses que hay entre unos y otros.

El presidente de la ACB manifestó días atrás a los clubes, entre ellos el Unicaja, principal damnificado del nuevo proyecto deportivo de la máxima competición continental, que su objetivo es «defender que el acceso a la Euroliga tenga en cuenta los méritos deportivos en la ACB». Y es que cuando se despojó el pasado verano al equipo cajista de la Licencia A se hizo con el compromiso de que esa plaza iría al mejor no licenciado de la Liga Endesa, algo que ahora no se tiene en cuenta en el nuevo proyecto deportivo.

El problema con el que se va a encontrar la ACB -y el Unicaja- es que habrá «tortas» por esas tres plazas directas. El pujante baloncesto alemán no tiene ningún equipo entre los 11 elegidos y querrá su parte del pastel. Turquía es uno de los principales nichos económicos ahora mismo de la Euroliga y querrá también «su» plaza. El baloncesto ruso cada vez aporta más equipos con dinero. Grecia o Italia lucharán por su peso histórico en el baloncesto del Viejo Continente... En fin, que todos pedirán estar entre los tres elegidos.

La Euroliga pretende que mañana queden fijadas las tres competiciones nacionales que se quedan con las plazas directas y que también quede determinado qué ocho equipos jugarán la Fase Previa. En este caso quedará decidido tanto qué Ligas aportarán equipos a esta Fase Previa como si habrá alguna invitación por parte de la Euroliga entre estos 8 equipos que se jugarán la última plaza de acceso.

El Unicaja permanece expectante ante un día que se presume clave. El objetivo primero era alistarse con la Euroliga, pero tras la decisión de no contar con el club de Los Guindos para su nuevo proyecto, se ha activado la posibilidad de que el equipo cajista pase a jugar la Champions Basketball League, competición paralela que quiere organizar la FIBA, cuestión ésta adelantada ya la pasada semana por este diario.