El director ejecutivo de la Euroliga, Jordi Bertomeu, sigue pisando charcos. El máximo dirigente de la mejor competición continental parece contar con un discurso diferente para cada equipo y cada ciudad, y ayer, en Valencia, mandó palabras muy poco agradables al Unicaja, club con Licencia A hasta la pasada temporada y que ha disputado durante las 15 últimas campañas el torneo que él dirige. Equipo, además, que jugará el Top 16 durante once cursos consecutivos. De hecho, a falta de tres jornadas para que concluya la Fase Regular 2015/16, ya está metido en la siguiente fase.

Bertomeu habló el martes en Cope Málaga y mandó una velada amenaza al Unicaja, diciendo que los equipos que no sigan «el camino de la Euroliga» deberían «atenerse a las consecuencias». El tiro era para el equipo malagueño, ya que tal y como les contó La Opinión la pasada semana, el Unicaja está por la labor de jugar la competición que organizará la FIBA si hay una apuesta económica importante y un buen nivel de clubes participantes.

Y Bertomeu volvió a ofrecer una entrevista ayer, al periódico valenciano Las Provincias, en la que vertió duras palabras contra el Unicaja. El periódico le cuestiona al director ejecutivo cómo analiza que ahora el Unicaja no defiende un sistema de licencias -algo que el club no ha dicho, por cierto-: «En Málaga se ha defendido el sistema de licencias cuando han estado dentro, ahora que están fuera no lo defienden», es la cuestión exacta.

Y ante esa pregunta, Bertomeu se tiró al ruedo con muleta, capote y espada: «Sí, es lo que veo. Cuanto todo el mundo criticaba que Unicaja era noveno como usted ha recordado en esta conversación yo defendía a Unicaja porque defendía las reglas de la Euroliga. Parece que de eso ya no se acuerdan. Lo que no se puede hacer es explicar las cosas según cómo te va. Hay señores que han dicho estos días que si yo estuviera estaría muy contento y si no es una mierda».

Sorprende Bertomeu porque confiesa que la presión que ejerció Valencia Basket fue crucial para que la ACB perdiese una Licencia A, en este caso, la del Unicaja. «El año pasado, de las cuatro licencias en España reduje una y eso fue una conversación que tuve con Juan Roig -presidente del Valencia-. Trabajé para poder conseguirlo y puse a todo el mundo de acuerdo. ¿Usted cree que fue fácil? Lo que no puedo es cambiar todo el sistema de arriba a abajo», contestó.

Su «amigo» Querejeta. E insistió en su buena relación con Josean Querejeta, presidente del Baskonia. «A Querejeta lo he tenido de jugador en la ACB, de primer presidente de la ABP con el que negocié el primer convenio colectivo, más de 20 años de presidente y no hay ningún directivo en el baloncesto español con el que haya tenido una relación tan larga. Con pocos he discutido más que con él. Dicho esto, él desarrolla un modelo de club que me ha parecido siempre muy interesante», dijo.