Un apagón de apenas ocho minutos, los que llevaron el marcador de un 43-48 favorable a un 63-51 casi definitivo, condenó al Unicaja en el encuentro que le enfrentaba al Darussafaka Dogus turco. A este nivel de competición, un parcial de 20-3 te lleva irremisiblemente a la derrota. Sobre todo, cuando éste se produce en el momento decisivo, en el último cuarto, cuando por desgracia ya no queda tiempo alguno para reaccionar. Y aunque lo consigas como hizo el equipo malagueño cuando se colocó a seis puntos y con bola a falta de cuarenta y pocos segundos, vas tan al límite que cualquier pequeño error se convierte en un mundo y elimina cualquier atisbo de recuperación.

No llegaba el conjunto de Los Guindos en las mejores condiciones para disputar el encuentro, a la marcha de Germán Gabriel, se unía la baja de última hora, por motivos personales, de Richard Hendrix. Eso hacía que el juego interior malagueño perdiera kilos, de ahí que los pívots otomanos, especialmente Erden castigaran la defensa malagueña, que contaba con Fran Vázquez como único center del equipo.

A pesar de ello, el Unicaja se mantuvo en el encuentro tres cuartas partes del mismo, incluso en el tercer cuarto, parcial que siempre se le atraganta cuando juega como foráneo, llevo la iniciativa en el juego y en el marcador, justo hasta segundos antes de que terminara, donde con una canasta se inició ese fatídico parcial que acabaría con la resistencia verdimorada.

En cualquier campo, competición y ante cualquier equipo, sea del nivel que sea, las desconexiones se pagan, mas aún si son de la envergadura de la que tuvo el conjunto de la Costa del Sol. Y todavía más agravada por el rival que se tenía enfrente, el nuevo rico Darussafaka Dogus, que cuenta con jugadores de alta calidad y que no perdonan oportunidades como las que le brindó el Unicaja la noche de ayer.

Por supuesto que el jugar en campo contrario acentúa esa sensación de abandono y limita muchísimo más también tus posibilidades de recuperación.

En casa, al amparo de los tuyos tienes alguna posibilidad de recomponerte, no muchas la verdad, pero jugando en pistas como la turca, donde en condiciones normales ya resulta difícil competir, si te vas del partido por un instante, estás muerto.

Recuperar a Hendrix, y la nueva incorporación de Jack Cooley, permitirá tener un grupo más compacto, a la vez que poder combinar y rotar para mantener el alto ritmo competitivo al que obliga el disputar dos partidos de alta exigencia a la semana. Esta derrota no supone nada grave de cara a la marcha del equipo en esta fase de la Euroliga, sin embargo el próximo compromiso de Badalona sí se antoja crucial en cuanto al futuro inmediato del grupo. La irregularidad mostrada en la Liga Endesa ha hecho que cada partido, aunque no sea definitivo, sí puede marcar el devenir del equipo en cuanto al próximo objetivo, que no es otro que acabar esta primera vuelta entre los siete primeros equipos con derecho a disputar la Copa del Rey de A Coruña 2016.

Partidos importantes, los que tiene por delante el Unicaja en la liga doméstica y donde no se podrá permitir apagones como el que tuvo anoche en Estambul, sobre todo jugando fuera y en especial en pistas complicadas como la del próximo domingo, el Olímpico de Badalona.