CAI Zaragoza, hoy domingo a las 19.30 horas. Herbalife Gran Canaria, también a domicilio, pasado mañana martes, en vísperas de Nochebuena, a las 21.30 horas. Y Manresa, el próximo domingo, día 27, a las 18.00 horas, en Málaga. Este «triple» es vital para el Unicaja. Los próximos tres encuentros, todos ante rivales «ganables», con dos rivales directísimos como el Granca y Manresa, marcarán el devenir del equipo en su lucha por jugar la Copa del Rey de La Coruña. Enredados en una pugna brutal hasta con cinco equipo más, todos empatados en la clasificación.

Cinco victorias en 10 jornadas dan, lamentablemente, sólo para eso. Para sufrir. Para estar igualado y comandar, gracias a su buen average, el pelotón de los perseguidores. El irregular periplo del equipo malagueño le ha abocado a jugar inesperadas «minifinales» como las tres que tiene ahora por delante. Y el baile comienza esta tarde en Zaragoza, ante un CAI herido, inesperado antepenúltimo clasificado, con sólo dos victorias, con entrenador nuevo (Andreu Casadevall por Joaquín Ruiz) y una plantilla con dudas, alguna baja y muchos tocados. El base-escolta Drake Diener, una de las grandes apuestas en los despachos de Willy Villar, no estará por la enfermedad de Crohn. Y el alemán Benzing, el joven y talentoso Sastre y el pívot neozelandés Fotu llegan tocados físicamente. Además, Kanacevic ha estado con gastroenteritis toda la semana y llega débil y con un par de kilos menos.

Éste es el tétrico panorama del CAI, un rival que mal, muy mal, haría el Unicaja en menospreciar lo más mínimo. Seguro que en el AVE hasta la ciudad maña Joan Plaza ha tratado de «colar» un par de vídeos de partidos pasados en vez de la típica película que ofrece el tren. Porque el pasado es durísimo. Un dato explica a las claras el nivel del rival de esta tarde: el Unicaja ha perdido contra el CAI siete de sus ocho últimos partidos. O sea que desde el año 2012 hasta las vísperas de 2016, el Unicaja sólo ha sido de vencer en uno de esos ocho duelos. Además, algunas de sus derrotas han sido realmente duras. Tanto en el resultado (68-88 en Málaga o 76-59 en Zaragoza) como por lo que significó en su día. Y es que el CAI eliminó al Unicaja de la Copa del Rey de Málaga en cuartos de final: 74-79. Mucho ojo con ellos. Porque, además, están heridos y mal clasificados.

Plaza tiene a todos sus hombres en perfecto estado de revista. El Unicaja llega tras perder sus dos últimos encuentros (Barcelona y CSKA) y es muy consciente de la trascendencia del duelo. Los verdes tienen sesión de tiro este mediodía en el Príncipe Felipe para atar los últimos cabos. La derrota hoy no se contempla. El Unicaja necesita ganar sí o sí. Porque, de lo contrario, deberá enfrentarse a un suplicio. Toca ganar.