El Unicaja busca base. Lo hace desde primera hora de la mañana de ayer con cierta urgencia. Carlos Jiménez, director deportivo del club, se ha puesto manos a la obra para confeccionar una lista de jugadores «apetitosa» para que Joan Plaza pueda elegir el nombre del recambio de Stefan Markovic para los próximos meses.

Hay muchos nombres porque los agentes, en situaciones como ésta que se le presenta al Unicaja, son especialistas en mover su «mercancía». El club tiene claro lo que quiere. Se busca un base puro, un director de juego del estilo de Markovic, algo que es complicado de encontrar a estas alturas de diciembre. Es verdad que hay muchos bases en el mercado, pero que sean directores de juego puros, no tantos. Además, el que venga no puede tener pasaporte extracomunitario ya que las dos fichas que permite la ACB están ocupadas en el equipo verde por Jamar Smith y el recién llegado Jack Cooley. Esto rebaja considerablemente el volumen de candidatos

El objetivo prioritario es hacer un contrato temporal al que llegue. Es decir, apostar por un temporero que en cuatro meses no seguiría en Málaga, una vez el internacional serbio se haya recuperado de su lesión. Esto provoca que haya que fichar a alguien que esté libre o que en su actual equipo tenga problemas de cobro, que le permita poder cambiar de aires sin coste. Y es que el club quiere evitar pagar cláusula de rescisión por ningún jugador, lo que hace muy improbable la opción de fichar a alguien que tenga ahora mismo contrato en vigor en cualquier otro club de España o de Europa.

El caso es que la dirección deportiva del club trabaja casi a contrarreloj en busca del refuerzo porque hay una fecha límite para que el fichaje esté en Málaga. El próximo lunes día 28, a las 18 horas, la Euroliga cierra el plazo para inscribir jugadores para el Top 16. Joan Plaza quiere que el sustituto de Markovic juegue la segunda fase de la máxima competición europea, por lo que su llegada será inminente. Solo hay seis días de margen.

Anoche sonaba con fuerza el nombre de Gal Mekel, ex del Maccabi y ahora en el Estrella Roja, aunque sin sitio en el róster del equipo de Belgrado tras la recuperación de Marcus Williams. Israelí con pasaporte polaco, es un base puro de 27 años y 1.91 metros. En los cuatro partidos de la presente Euroliga que ha disputado, Mekel ha promediado 3.8 puntos, 2.8 asistencias y 1.5 rebotes, en poco más de 20 minutos sobre el parqué. Su desconocimiento de la Liga Endesa, el único pero.

Un salto de calidad indudable sería recuperar para la ACB a Quino Colom, estrella del Unics Kazan en su primera temporada fuera de España. El base andorrano sonó el pasado verano como posible refuerzo para la plantilla cajista, pero se decidió apostar por Nedovic y Colom terminó emigrando a Rusia. Allí se ha convertido en un jugador determinante de uno de los mejores equipos de la Eurocup. Sus números son celestiales: 11.5 puntos, 5 rebotes y 7.8 asistencias. Sería un fichaje de lujo que ayer tanteó la entidad de Los Guindos, pero sacarlo del Unics se antoja imposible si no es poniendo mucho dinero encima de la mesa. Y no es ésa la idea.

Otro de los mejores bases puros del continente es el argentino Nicolás Laprovittola, actualmente en las filas del Lietuvos Rytas. Aquí, además de pagar a los lituanos para dejarle salir, el problema es que no tiene pasaporte. O sea, que podría jugar la Euroliga sin problema -no hay exigencia de cupos-, pero en Liga Endesa tendría que alternarse con Smith y Cooley. De los tres, habría que descartar a uno en cada partido. Una situación que no parece muy recomendable.

Otro viejo conocido del mercado es Bo McCalebb, que tiene pasaporte macedonio y que fue cortado hace algo más de un mes por los Pelicans de la NBA. Su condición física hace pensar que se busque otras alternativas antes de apostar por el ex del Montepaschi Siena.

Las próximas horas serán determinantes. Carlos Jiménez busca un mirlo blanco bueno, bonito y barato. El tiempo apremia.