El Unicaja está citado esta mañana en el Martín Carpena para reanudar los entrenamientos después del día y medio de descanso que Joan Plaza concedió a sus jugadores el día de Nochebuena para pasar con tranquilidad en familia la noche del 24 y el día de Navidad.

La jornada y media de asueto llega justo tras la tempestad de la noche del martes en el Gran Canaria Arena, donde el equipo firmó una de las derrotas más duras de los últimos años. La imagen del equipo fue paupérrima y el 98-65 supone que el equipo esté ahora en una situación crítica en su intento de conseguir un billete para la Copa del Rey de A Coruña, del próximo mes de febrero.

Tras la derrota se produjo una reunión en el propio vestuario del pabellón grancanario que supuso que Joan Plaza llegara a la rueda de prensa casi una hora después de haber acabado el partido e incluso después de haber hablado Aíto García Reneses, algo que no es habitual ya que el protocolo dice que el primero en comparecer ante los medios es el técnico visitante y después lo hace el entrenador local.

Plaza dio pistas ante los medios canarios de lo que había pasado en esos tres cuartos de hora largos. «No me gustan los monólogos. Prefiero que hablen ellos», dijo al ser preguntado por su tardanza en acudir a la rueda de prensa.

Efectivamente, tras el partido, hubo terapia de grupo en el propio vestuario. Varios jugadores tomaron la palabra para lamentar el mal partido jugado y para hacer frente común para que algo como lo ocurrido en la pista del Herbalife no vuelva a ocurrir. Hubo reproches y rostros serios, todo con el fin de dejar los trapos sucios allí mismo y empezar una nueva etapa en la que el equipo sea lo consistente y competitivo que todos quieren. Plaza participó del debate abierto en las entrañas del Gran Canaria Arena y después fue cuando compareció ante los medios.

Es evidente que el equipo en Las Palmas no dio la cara y que hubo algunos jugadores que quisieron hacer la guerra por su cuenta, algo de lo que se habló tras el partido.

Tras la jornada de descanso del miércoles (el día después de lo de Canarias), la plantilla se entrenó la mañana del jueves, día de Nochebuena, y se juramentó para salir del bache en este esprint final de la primera vuelta.

El objetivo es recuperar el concepto «equipo», revivir la buena «química» que siempre ha habido en el vestuario cajista y aunar fuerzas para, entre todos, sacar adelante una situación que en Las Palmas fue esperpéntica.