La historia de un gran club la escriben sus entrenadores en el banquillo, sus jugadores en la pista, los dirigentes en los despachos y sus aficionados en la grada. Esta noche, en el Martín Carpena, a partir de las 20.45 horas, la «marea verde» tiene una misión: la de seguir escribiendo la historia del Unicaja. Cuando los espectadores silben a rabiar el «I feel devotion» (con o sin pancartas) y el balón suba al cielo de Málaga arrancará la undécima participación consecutiva del Unicaja en el Top 16 de los mejores del baloncesto europeo.

El Top 16 es el selecto del baloncesto europeo. O sea, la Euroliga del año que viene, ésa de la que quieren echar al Unicaja. Ha dicho Jordi Bertomeu por activa y por pasiva que la Euroliga ha querido ser mejor y más exclusiva bajando de 24 a 16 equipos. Y, sin embargo, al Unicaja, que lleva 11 años seguidos disputándola, quiere dejarle fuera... Sólo cuatro equipos -Unicaja, Barcelona, Panathinaikos y Olympiacos- han logrado semejante hito. El Maccabi se cayó del caballo dentro del Grupo D, en el que, precisamente, coincidían con Unicaja y Darussafaka, los dos rivales de hoy.

La afición, al fin y al cabo, es la que hace grande a los clubes. Sin la «marea verde» nada tendría sentido, más allá del impagable apoyo de la entidad financiera, que lleva ya más de 30 años poniendo a Málaga en el mapa del baloncesto. Y hoy, la hinchada cajista debe comenzar a escribir otra de las páginas más bellas y formidables de un humilde pero orgulloso club de la Costa del Sol que representa, desde hace ya 16 temporadas, al baloncesto malagueño, andaluz y también español por la máxima competición continental. Por la Euroliga.

El equipo, con tantos problemas en la ACB, recibe hoy al colíder de la Liga de Turquía. Un Darussafaka que ya pasó por Málaga en la Fase Regular con una plantilla muy larga, muy física y repleta de caras nuevas y con mucho dinero en sus alforjas, aunque con muy pochas hechuras de equipo, con demasiadas individualidades que le hacen ser un rival vulnerable.

El Unicaja tiene ante sí un reto realmente complejo pero alcanzable. El nivel de su grupo es inferior al otro. Finalizar entre una de las cuatro primeras plazas es un objetivo real y pasa por lograr sumar las siete victorias que se ponen en juego en el Martín Carpena. El equipo mostró el domingo ante un debilitado Manresa su mejor cara. Si hoy repite imagen, el Unicaja tendrá mucho ganado. El «factor Carpena» ha de hacer el resto. Hoy, y en los siete encuentros de casa, debe haber un gran ambiente. Debe ser un partido de gala. Con al menos 9.000 gargantas en la grada llevando al equipo en volandas. En las buenas y en las malas, que seguro que habrá.

Plaza no tendrá que echar hoy de menos en el debut del Top 16 a ninguno de sus hombres, porque las ausencias están ya cubiertas. DeMarcus Nelson ha sido inscrito para sustituir al lesionado Stefan Markovic, que estará tres meses de baja. El base americano ha fichado hasta final de temporada, fue presentado ayer en el Carpena, lleva un par de días entrenándose con el equipo y hoy será uno más, con los lógicos límites y todavía en plena adaptación al equipo a sus nuevos compañeros. Conoce bien la Euroliga y el baloncesto europeo.

La fiesta del Top 16 regresa a Málaga. Son 11 años ya. Muchas historias vividas. Muchos partidos. Muchas sensaciones. Como dice el vídeo promocional del club estamos en Navidad y es tiempo de compartir. Ojalá que hoy sea una gran alegría. Pero, sea lo que sea, que el Darussafaka salga acongojado por la «marea verde».