El Darussafaka Dogus, uno de los nuevos ricos del baloncesto continental, no ha tenido bastante este verano con conformar una plantilla totalmente nueva. Oktay Mahmuti tuvo manos libres para fichar a su antojo, con un presupuesto que comenzó por 16 millones de euros y que ya alcanza los 18. El equipo ha sufrido para colarse en el Top 16. De hecho, lleva como cuarto del Grupo D, con sólo cuatro victorias y seis derrotas, lejos del balance de 7-3 del Unicaja. Y por eso, en la recta final de la Fase Regular acudió de nuevo al mercado para fichar a dos jugadores de la mismísima NBA.

Scottie Wilbekin ya se midió al Unicaja en Estambul, casi recién aterrizado. Se trata de un base-escolta de 23 años, de 1,88 metros de altura, el penúltimo capricho del propietario del Grupo Dogus, Ferit Faik Sahenk, el cuarto hombre más rico de Turquía, propietario de un impresionante holding de empresas. Wilbekin había firmado un contrato no garantizado de cuatro años por los Sixers de Philadelphia, pero el mal inicio de la franquicia obligó al equipo a cortarle para buscar otras opciones. Wilbekin es un «adelantado», ya que se saltó el último año de instituto para jugar antes en la Universidad de Florida.

El otro refuerzo es Furkan Aldemir, que se ha comprometido por cuatro temporadas. El pívot de 24 años y 2,07 metros dejó el Galatasaray por Philadelphia, donde el pasado curso promedió 2,3 puntos y 4,3 rebotes en 41 encuentros.