­El Unicaja y el EA7 Emporio Armani Milan negociaron hace apenas un mes el trueque de Nemanja Nedovic por Oliver Lafayette. Las conversaciones, tras más de una semana de llamadas, estaban avanzadas, pero finalmente el canje no fructificó y el serbio se quedó feliz y contento en Málaga y el americano con pasaporte croata hizo lo propio en Milan. El Unicaja intentó emular la operación que realizó hace tres temporadas, cuando envió a James Gist al Panathinaikos y recibió del equipo del trébol a Andy Panko. Pero esta vez la operación no salió, como tampoco sucedió este verano, ya que el propio Lafayette era uno de los favoritos del club para reforzarse.

La derrota en Andorra del pasado 22 de noviembre desencadenó todos los acontecimientos. Los dos jugadores pertenecen a la misma agencia de representación y, visto que Nedovic no terminaba de encajar en el rol que el cuerpo técnico y la dirección deportiva habían pensado para él, se propuso el intercambio. BeoBasket, la agencia de ambos, capitaneada por el agente más poderoso de toda Europa, Misko Raznatovic, movió los hilos. Hubo contactos entre las tres partes. Unicaja, Emporio Armani Milan y su agencia, con el conocimientos de los dos jugadores, que no veían con malos ojos un cambio de equipo.

Lafayette sabía que el proyecto de Milan no funcionaba como esperaba -los italianos se quedaban fuera de la Euroliga- y le atraía la idea de regresar a la ACB y jugar a las órdenes de Joan Plaza, con el que coincidió en el Zalgiris Kaunas. Nedovic llegó para realizar una función que puede hacer, como es la de llevar las riendas del equipo, pero con un rol que no es su favorito, aunque el serbio se esfuerza por convencer a Plaza.

Cuando ya había conversaciones en marcha surgieron varios inconvenientes. De varios tipos. El primero fue económico. Y es que el caché de Lafayette es superior al de Nedovic. El mayor problema fue que Milan comenzó a dudar seriamente porque la Lega sólo permite dos cambios de jugadores en todo el curso, y si realizaba el trueque ya sólo tenía una carta en la manga, con una temporada larga y las lesiones siempre amenazando. Y lo que terminó por deshacer la operación fue la imposibilidad de los dos de jugar hasta el Top 16. Un jugador que milita en un equipo de Euroliga no puede jugar en otro hasta la siguiente fase. Milan estaba metido en problemas y en el Unicaja tampoco querían jugar con fuego, con la adaptación de un nuevo jugador, así que las conversaciones, que estaban avanzadas, acabaron por romperse.