El Unicaja no jugará el partido de mañana ante el Obradoiro en las mejores condiciones posibles. El equipo ha vivido otro viaje impropio para un club de Euroliga y de Top 16. No es excusa, porque el nivel en la pista está siendo similar al de su mala planificación a la hora de viajar y de no contratar chárters que ayuden al equipo a descansar de un partido a otro.

La plantilla cenó en su hotel de Atenas pasada la medianoche y a las 4.30 de la madrugada tocó diana para viajar desde Atenas a Estambul. Desde la ciudad turca tomará un enlace y la expedición verde tiene previsto aterrizar a la hora del almuerzo. El equipo tendrá una sesión de trabajo esta misma tarde para preparar la «final» por la Copa de mañana a las 13.00 horas.

En los planes del club no está el de fletar ningún vuelo chárter, ni siquiera para la próxima salida del equipo, en un partido que se antoja vital, en Belgrado, con un duelo que probablemente sea decisivo en la lucha por disputar la Copa del Rey ante el Real Madrid. En el cuerpo técnico están realmente preocupados, porque el Unicaja jugará en la pista del Estrella Roja el viernes 22 de enero, a las 20.00 horas. El desplazamiento hasta Belgrado tendrá escala en Roma, ya que no hay vuelos directos hasta la capital de Serbia. Hasta ahí todo normal dentro de la planificación del Unicaja. El problema llega después. Y es que los malagueños tienen que jugarse el domingo a las 13.00 horas en la pista del Real Madrid su pase a la Copa del Rey. Los más «valientes» dirán que allá ellos, que hubieran logrado su clasificación antes. Pero lo cierto es que las cosas son como son y a día de hoy, el Unicaja ya no depende de sí mismo. Y para esa finalísima ante el actual campeón llegará menos de 24 horas antes de la disputa del partido, tras haber jugado otro un día antes y con muchísimo en juego.

Aunque la Euroliga premia esta temporada a cada club con 35.000 euros por cada victoria en el Top 16, el Unicaja no ha destinado una partida específica a fletar ningún chárter, más allá del que utilizó para ir a la isla de Sassari. Tampoco se plantea utilizarlo para su desplazamiento más lejano y complejo de toda la temporada, a la ciudad rusa de Krasnodar.

Hay más de 4.000 kilómetros de distancia y las opciones que se barajan ahora son ir vía Moscú o por Estambul. La más lógica es ir hasta Moscú, aunque el problema es que el enlace hasta Krasnodar -situada al suroeste de Rusia y al noreste del Mar Negro, en un punto estratégico entre Ucrania, Turquía y Georgia- llega a la población en plena madrugada. El club se justifica argumentando que el siguiente partido de ACB es el domingo, y que el duelo en Rusia se disputa el jueves, 31 de marzo.

También es complicado el traslado a Zagreb, aunque concurren las mismas circunstancias que para Krasnodar: el «europartido» se celebrará el jueves, mientras que el choque de Liga Endesa, en casa también, será el domingo. Pocas ayudas para un equipo que, en la pista, tampoco se las está ganando.