­El Unicaja se enfrenta el viernes al último gran reducto de la Euroliga. Una cancha donde sí que impone jugar. Como hace dos décadas en Grecia. Donde la hinchada llena el graderío una hora antes del arranque y donde recientemente ha jugado, durante dos temporadas, un cajista: DeMarcus Nelson. El base americano, de hecho, adquirió la nacionalidad serbia cuando jugaba en el Estrella Roja, donde pasó dos buenas temporadas.

La verdad es que este Top 16 supone una acumulación de sensaciones para Nelson. La primera visita del Unicaja fue a Atenas, para jugar en el Panathinaikos, donde el base militó la pasada temporada. Su trampolín para irse hasta el club heleno fue el Estrella Roja, donde jugó los cursos 2012/13 y 2013/14. Él sabe bien qué es lo que le espera al Unicaja este viernes en la temida Sala Pionir.

«Es increíble tener a más de 7.000 personas apoyándote, porque da la sensación de ser miles de personas más», explica el jugador recordando su paso por el conjunto de Belgrado, donde disputó la Euroliga y la Eurocup, además de la Liga Adriática. De hecho, fue elegido en el mejor quinteto de la Eurocup en 2013/14, y ganó la Copa serbia de 2013 y 2014. Pasó allí grandes momentos, al calor de una afición única en la Euroliga, que anima como ninguna.

«Es un ambiente que intimida mucho al rival, los fans son terroríficos. Y en la pista no se oye, no te puedes comunicar con los compañeros», añade DeMarcus Nelson, que está entrando muy bien en la dinámica del Unicaja. De hecho, el pasado domingo fue ovacionado cuando fue sustituido en el encuentro ante el RETABet.esRETABet.es, en el que firmó su mejor encuentro vestido de verde.

Tras 41 encuentros de Euroliga ya (Cholet, Estrella Roja, Panathinaikos y Unicaja), Nelson, de 31 años de edad, es uno de los veteranos de este Unicaja, donde ha disputado seis partidos, con 5,7 puntos de media, 2,2 asistencias, 1,5 rebotes y 5,5 de valoración en 15:46 minutos.