Cuando llega el mes de febrero a Los Guindos algo cambia dentro de la instalación que da cobijo a todos los equipos de la cantera del Unicaja. En el equipo infantil aflora un nerviosismo inusual que justo germina cuando llega la Minicopa, el torneo paralelo a la Copa del Rey que disputan los ocho equipos infantiles de los equipos inmersos en la lucha por el torneo del KO.

Pero esta temporada, esa ilusión tan especial que nace en el equipo infantil y contagia a todos los que entrenan y viven el día a día junto a ellos en Los Guindos se ha anticipado casi un mes. La Liga Endesa ha decidido cambiar el formato del minitorneo y abrirlo a todos los equipos de la ACB. Es decir, no estarán en La Coruña los equipos infantiles de los ocho clubes clasificados para la Copa. Si no que estarán los mejores clubes infantiles de los equipos ACB. Para asegurarse la mayor competitividad posible en la Minicopa y posibilitar que todos los equipos tengan las mismas opciones, más allá de lo que hagan los «mayores», el próximo fin de semana se celebra en Zaragoza la Fase Previa de la Minicopa, que decidirá qué seis equipos acompañan al Obradoiro, como equipo anfitrión, y al Real Madrid, que como vigente campeón también tiene garantizada su presencia en el prestigioso torneo donde jugaron en su día el NBA Ricky Rubio o el propio Domantas Sabonis, que ahora hace carrera en la Universidad de Gonzaga en la NBA.

La ACB ha dividido a los 16 equipos en cuatro grupos de cuatro equipos cada uno. El campeón de cada grupito tendrá su billete para la Minicopa de A Coruña. El Unicaja ha quedado encuadrado dentro del Grupo B, junto al Catalana Occidente Manresa, el Movistar Estudiantes y el Gipuzkoa Basket GBC.

Los malagueños parten con el cartel de grandísimo favorito gracias a su pasado más reciente en esta Minicopa. Los cajistas se han proclamado subcampeones de esta apasionante y bonita competición en las dos últimas temporadas. En la Minicopa de Las Palmas 2015 y la de Málaga 2014, los verdes se plantaron en la gran finalísima, cayendo siempre ante el mismo rival, el Real Madrid. Los blancos ya están clasificados y ahora los costasoleños deben refrendar su presencia en A Coruña este próximo fin de semana.

Los niños de Manolo Bazán abrirán el fuego el próximo sábado, día 30 de enero, a las 9.00 horas, en la pista auxiliar del pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, sede de esta fase previa, ante el Catalana Occidente Manresa. Esa misma tarde vivirá un duelo de titanes ante una de las mejores canteras del básket nacional, la del Estudiantes, a las 17.45 horas.

Ya el domingo, también a primera hora, el Unicaja medirá sus fuerzas contra el Gipuzkoa Basket. «Han hecho una selección de toda la provincia y será un rival difícil, como todos», explica Manolo Bazán, que ya vive la «transformación» de sus chicos.

«Es algo inevitable. La Minicopa es para ellos algo muy especial, es la primera vez que salimos a competir contra los mejores equipos del país. El equipo ya se lo toma más en serio en los entrenamientos y eso se nota. No es que antes entrenemos a otro nivel, pero ellos ya comienzan a sentir la importancia de la Minicopa y eso se nota muchísimo», insiste Bazán, que como en los años precedentes tendrá la ayuda en el banquillo de Nando González y de Antonio Morón, otros dos seguros de vida.

La competición dará una segunda oportunidad a los subcampeones de cada grupo. En caso de que saltara la sorpresa y el Unicaja no pudiese clasificarse directamente, sí tendría la oportunidad de disputar un último partido a vida o muerte, ese mismo domingo día 31 de enero por la tarde. El rival sería el subcampeón del Grupo A, que está integrado por Baloncesto Sevilla, FC Barcelona Lassa, Fundación 5+11 Baskonia e Iberostar Tenerife.

«Creemos en nosotros mismos y confiamos en poder ser primeros, aunque ya te digo que son equipos de buen nivel, cualquiera puede ganar y va a estar muy abierto. Aunque confiamos en nosotros mismos y en la calidad de los chicos. Están preparados para todo, volvemos a tener un grupo muy bonito y competiremos», añade Bazán.

Normativa «antiMadrid»

El equipo viaja el viernes al mediodía hasta Zaragoza en AVE en una primera experiencia que los chicos viven intensamente, ya que se mezclan con jugadores de todo el país, de múltiples procedencias. La organización ha puesto un tope de dos jugadores invitados por equipo, uno español y otro extranjero. Se trata de evitar que los equipos presenten plantillas «irreales» con jugadores fichados para verles en acción y calibrar su nivel en este torneo, pero que lo devalúan, porque son chicos que no forman parte de los equipos.

Es lo que ha ocurrido en las últimas ediciones con el Real Madrid. Los blancos barrieron en la última final al Unicaja en la gran final, gracias a sus «fichajes» para la Minicopa: el inglés de origen africano Kareem Queeley, además de Erick Sajantila y de Zivanovc. El inglés Queeley fue elegido MVP del torneo y lideró al Madrid frente al Unicaja en Las Palmas: 60-83.

Hace dos años, en la Copa del Rey de Málaga, el Unicaja y el Real Madrid también se midieron en la gran final, esta vez muchísimo más igualada, aunque la balanza se desniveló para el equipo madrileño (74-77) gracias a la presencia de otro «temporero» de sólo 13 años, el pívot lituano Tomas Balciunas. La sensación del torneo firmó en la final 28 puntos, 19 rebotes y llegó a los 43 de valoración.

La normativa trata de que estos casos no se repitan de forma tan crítica y por eso ha impuesto un límite de sólo dos jugadores invitados, uno español y un extranjero. O, en su caso, dos chicos españoles, pero en ningún caso dos foráneos. El Unicaja, de hecho, va a realizar un «fichaje», aunque no es nada extraordinario. Se trata de un chico de Cádiz, llamado Carlos Galán, al que el club sigue desde hace ya unos años y al que quiere ver de cerca en esta Minicopa.

El «12» de Manolo Bazán tendrá a siete chicos malagueños, a dos gaditanos más (Rubén Dominguez y Juanma Fontana) y a dos niños de Sevilla (Juan José Castro e Iván Ruiz), que viven en la Residencia de la Universidad Laboral, estudian en colegios de Málaga, tienen sus tutores, psicólogos y el seguimiento exhaustivo del propio Manolo Bazán, que es como su padre malagueño. Además de la supervisión que realiza el jefe de la cantera del club, Ramón García. «Estamos muy contentos con esta nueva promoción», explica García. Y es que el Unicaja competirá con cuatro niños de primer año: los sevillanos Juanjo e Iván, el gaditano Rubén y el malagueño Pablo León, hijo de Alfonso León, expívot de Mayoral Maristas. El caso de Rubén Domínguez es muy peculiar. El escolta ya estuvo en la Minicopa de Las Palmas siendo «minibásket». Y estará en Zaragoza siendo jugador de primer año, con 13 años recién cumplidos.